Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

El Belén de Greccio. La tradición del nacimiento

viernes, 05 de enero de 2018
A Lola, mi amiga, mi hermana

Cuenta la leyenda que Francisco de Asís, ansioso de que los fieles pudiesen admirar e incluso tocar con sus manos el acontecimiento del Hijo de Dios, preparó un pesebre al que llevó heno e hizo llegar un buey y un asno que acompañarían posteriormente al misterio formado por José, María y el recién alumbrado Mesías.

Llega la noche santa y Francisco, junto con los frailes y algunos fieles alzados al pie del pesebre y tras esbozar unas dulces palabras ven como surge la imagen del Niño sobre el heno. Este hecho impresionó y cautivó las almas y los corazones de los allí presentes, que se sintieron profundamente emocionados al poder compartir esta experiencia.

Como acercamiento y proclamación a la solemnidad navideña, cada año en la tarde del día de Nochebuena, en la Gruta de la Natividad los frailes franciscanos rememoran este pasaje del Belén de Greccio, que tuvo como protagonista al Padre Francisco de Asís y que significó el inicio de la actual tradición del Nacimiento cuyo origen real se remonta siglos atrás y se halla en Belén.

Transcurrido todo este tiempo, esta entrañable tradición se ha mantenido viva gracias a la unión: la unión de la religión y sus abnegados fieles, la unión de los pueblos y naciones y aquellos quienes los forman y como no, la unión de las familias, núcleos imperturbables desde la creación del mundo.

En Begonte esta unidad manifiesta podría perfectamente ser evocada de forma metafórica a través de una cadena cuyos eslabones se gestan con la iniciativa de un padre, tal y como sucedió en Greccio, un párroco único y de genial visión. A este se unieron las manos de un orfebre y completando la gran cadena docenas de corazones de un pueblo unido espiritual y fraternalmente por ese sentimiento de herencia, testimonio y espiritualidad.

Y como si de una gran orquesta se tratase año tras año afinan su melodía bajo la batuta de un magistral director que, desinteresadamente y entregado, es la figura mas visible, la que organiza y pone de manifiesto este bondadoso pesebre.

Todos juntos han llevado ese primigenio y humilde Misterio de Belén a crecer y formar parte de la cultura, la etnografía y un movimiento intelectual que traspasa ampliamente las fronteras de su lugar de origen y del que todos debemos sentirnos profundamente orgullosos.

Es por esto que jamás debemos perder este testimonio, rescatando las viejas figuras de barro desvaídas por el paso del tiempo que colocaban nuestros abuelos cuando éramos niños, ofreciendo un lugar privilegiado al conjunto de imágenes de papel y cartón que nuestros hijos recortan ilusionados en el colegio y que representan sus sueños y los que un día fueron los nuestros, saliendo al campo a recoger musgo y pequeñas piedras que flanquearán un río de papel de plata o con la sencillez de colocar un diminuto Misterio como aquel improvisado en Belén y donde María y José acurrucaron a su Hijo.

Este gesto hará perdurar generación tras generación aquella recuperada por el Padre Francisco y engrandecerá esa solemnidad con la que los Padres Franciscanos rescatan la tarde de Nochebuena el testimonio trasmitido a través del Belén de Greccio, que se reproduce igualmente evocando el acervo legado por sus progenitores en la Navidad de Begonte año tras año en recuerdo de esa cadena humana que con su aliento y sus manos hacen perdurable en el tiempo la magnánima tradición del alumbramiento del Hijo de Dios.
Begontina
Begontina


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES