Fundación Rosalía de Castro

Estimados Señores de la Fundación Rosalía de Castro:
Me dirijo a Vds. para señalarles el muy incorrecto comportamiento de una de sus empleadas, y en la confianza de que tomarán las medidas necesarias para que este tipo de conductas no vuelvan a repetirse, a no ser que queramos acabar con nuestro patrimonio cultural.

Los hechos que a continuación paso a referirles ocurrieron el pasado día 26 de junio a mediodía.
Mi marido y yo habíamos viajado desde Holanda para visitar Galicia. Padrón era una de nuestras visitas, pero el pasado día 26, al llegar al museo Rosalía de Castro (13:25 horas), la cancela estaba abierta y de acuerdo con el horario de visitas exhibido en el exterior, así estaría hasta las 14:00 horas; pues bien, cuando terminábamos de aparcar (13:30 horas) enfrente de la puerta, una señorita salió, cerrándonos la puerta en nuestras mismísimas narices, sin mas contemplaciones (¿puede ser que no supiera que el 26 de junio es verano?). A pesar de ver nuestras caras de asombro, sin inmutarse siguió su camino a su coche, dejándonos con tres palmos de narices y boquiabiertos (yo aun sigo).

Queremos manifestar nuestra indignación por este hecho y rogar a la persona que competa, que tome las medidas oportunas para que este tipo de situaciones no vuelvan a producirse. Esto no es serio señores, los horarios son para cumplirlos, y si no se cumplen, al menos dar una explicación. Si queremos formar pate de Europa, tendremos que imitarles en todo, también en seriedad y responsabidad, por ejemplo (luego reclamaremos subvenciones para nuestros museos, etc..., pero los horarios que los cumplan otros que yo me tengo que ir al supermercado ahora, y cierro, pese a quien pese).

Por el contrario, merece un fuerte aplauso la empleada del Museo Camilo Jose Cela, ya que obró totalmente distinto de la persona anteriormente citada. Aunque no sabíamos a que hora cerraba esta Fundación, después de nuestro intento frustrado de visitar el Museo Rosalia de Castro, nos encaminamos al Museo Camilo José Cela, llegando allí a las 13:45 aproximadamente. Ya en la puerta, comprobamos que la hora de cierre era a las 13:00 horas, y sin embargo, una empleada que todavía se encontraba en el edificio, salió para, muy amablemente, explicarnos que estaba cerrado y darnos un folleto sobre el museo.
Repetimos, nuestro aplauso para esta empleada, y el deseo de que cunda este ejemplo; así, algun día, igual llegamos a algún sitio.
Lo mismo que denuncio un mal comportamiento, me gustaría que alguien hiciera llegar a la fundación Cela mi aplauso a la empleada de servicio el día 26 de junio de 2007.

Saludos afectuosos,
Martha del Hoyo