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Tapies y Cataluña

martes, 03 de octubre de 2017
Tapies y Catalua "Todos los días vemos en nuestras pantallas de televisión un animado mural matérico de Tapies tras la mesa del Consejo de Gobierno de Cataluña, desde que se plantease el “derecho a decidir” del pueblo catalán en la cuestión de su independencia: místico y expresivo a la vez, con sus signos rojos intensos y las sugerentes frases de puño y letra del artista; cargado de materia informalista terráquea y de signos ocres como la sangre, ambienta plásticamente las imágenes humanas del soberanismo.

Pero, ¿cómo se llama esa pintura pública que preside la bandera de Cataluña en la Sala Tarradellas de la Generalitat de Cataluña?: se titula “Els Quatre Croniques”. Las Cuatro Crónicas que alegoriza

Tapies con signos y letras, dentro del más cosmopolita y personal estilo moderno, son los cuatro grandes relatos de la mitología del nacionalismo catalán, los que bautizara Angel Guimerá como “los Cuatro Evangelios de la Patria catalana”, que en cuatro plafones -como si fuese el retablo de un altar situado en el ábside de una iglesia- circunda la mesa de los “oficiantes” del Gobierno de Cataluña. Toda una metáfora plástica y espacial puesta en escena en el templo del poder autonómico, con el aval de la firma internacional de Tapies, que es el único pintor español vivo en la colección de la Tate Gallery, uno de los templos del arte de nuestros tiempos.

Las alegorizadas crónicas son “El Libro de los Hechos del Rei Jaime” (I), la “Crónica de Bernat Desclot”, que narra la vida del Rey Pere el Gran, la “Crónica de Ramón Muntaner” y la “Crónica de Pere III el Ceremoniós”.

Bailan las siglas en el denso magma irregular de la materia clara y cálida a la vez: “JI” por la izquierda referido a Jaime I; las patorras de los caballos en las grandes batallas victoriosas de Cataluña, que el cronista Desclot glosó refiriendo las hazañas de Pedro El Grande, comenzando con la frase enfática “de los grandes hechos y las grandes conquistas”; el símbolo de las cuatro barras asociado a los relatos de Ramón Muntaner; finalmente la historia de Pedro el Ceremonioso; además las cruces negras y rojas además de la T , signo autógrafo del artista.

Bien, todo nacionalismo tiene sus fuentes míticas. Las de Cataluña se sitúan sobre todo en la Edad Media. Lo interesante de esta imagen soberanista del siglo XXI es que, si su anclaje está en los remotos tiempos del Medievo, el estilo plástico con el cual se conecta es claramente de gusto moderno. Esto es lo curioso. Sin embargo, el catalanismo, en su más amplio sentido-nacionalista o no- se ha colocado siempre en esa actitud de ligar sus antiguas señas de identidad a un gusto internacional y contemporáneo. Su idea peculiar de lo propio es la de ligar su sensibilidad diferencial a lo nuevo, haciendo gala de su cosmopolitismo".
Pena López, Carmen
Pena López, Carmen


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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