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Defensa firme y sin concesiones de la dignidad de la mujer

miércoles, 18 de septiembre de 2002
El totalitarismo fundamentalista y teocrático basa su opresión en la total negación de los derechos de la mujer, en el ataque a su dignidad.

Una de las manifestaciones mas crueles de este ensañamiento ha tenido lugar en Afganistán durante el régimen talibán. Allí, a las mujeres, tapadas por el burka, no se les permitía estudiar, trabajar, andar en bicicleta, acudir a los mismos lugares que los hombres incluso en los hospitales, etc.

Con el derrocamiento de este régimen totalitario, llevado a cabo por los Estados Unidos y sus aliados (Inglaterra, etc.), después del atentado suicida terrorista teocrático fundamentalista del 11S (terrorismo internacional que sigue vivo), las cosas han mejorado algo en Afganistán. Sin embargo, la mujer afgana sigue teniendo que hacer frente a muy graves limitaciones.

El testimonio de Shaala, una enfermera afgana de 21 años, es desolador: "Desde la caída de los talibanes podemos cambiar impresiones con nuestros compañeros en los hospitales. Algunas niñas comienzan a ir a la escuela. Se dice que en Kabul y Maazar hay mujeres que se han sacado el burka. Aquí, en Kandahar" (frontera con Pakistan y uno de los principales feudos talibanes) “seguimos en prisión. Las mujeres no tienen ningún derecho. A mi me gustaría como persona tener los mismos derechos que el hombre; ser libre. El burka, y mas con el calor que hace, es atroz. Pero si lo quitas te pegan. Me gustaría que el gobierno suprimiese el burka por decreto. Al mismo tiempo, tendría que tomar medidas para defender a las mujeres que no lo llevasen. Para nosotras, las mujeres de Kandahar, nada ha cambiado. Nuestra decepción es inmensa. Esta mañana pasaba por delante del restaurante Kandahar. En una sala, separada de los hombres, había dos mujeres, vestidas de negro de los pies a la cabeza y con guantes. Tomaban un helado. Cada vez que lo hacían, miraban hacia todos los lugares y bajaban la cabeza para que nadie pudiese ver sus bocas. Es terrible ser mujer en Afganistán”.

Así, acababa Shaala su doloroso testimonio, que no puede ni debe dejarnos indiferentes a todos los que defendemos la dignidad humana, los derechos humanos, democráticos y ciudadanos.

La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europa dice en su preámbulo: ”Consciente de su patrimonio espiritual y moral, la Unión esta fundada sobre los valores indivisibles y universales de la dignidad humana, la libertad, igualdad y la solidaridad, y se basa en los principios de la democracia y del Estado de derecho”. Su primer capitulo “Dignidad”, se abre con el art. 1: ”La dignidad humana es inviolable. Será respetada y protegida”.

La Unión Europea, todos los países, instituciones y fuerzas sociales (el movimiento antiglobalización, entre otros, tiene aquí un motivo de denuncia y movilización enérgica y permanente); todos los que creemos que es fundamental la defensa de la dignidad de la persona y sus derechos humanos, democráticos y ciudadanos que son universales, deben/debemos movilizarnos, a todos los niveles y en todos los frentes, tomar medidas claras y contundentes contra los regímenes, ideologías, creencias, fuerzas y agentes sociales que maltratan, que atentan brutalmente contra la dignidad de la mujer y contra sus derechos fundamentales.
Cancio, Miguel
Cancio, Miguel


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