En esta visión panorámica de la política, la economía y la sociedad de Estados Unidos que me permite con conocimiento de causa el diálogo abierto con el profesor Jeffrey Sachs, se toca ahora el tema del Paro que tanta importancia reviste en España. Según Sachs, América nunca ha sido tan rica como ahora pero los ingresos están muy mal distribuidos. Un sector de la sociedad con estudios y formación acapara la mayoría de la riqueza de Estados Unidos. El paro comparado con nosotros es bajísimo, se cita la cifra de un cuatro con cuatro por ciento y los trabajos agrícolas en el pasado mes de junio aumentaron en doscientos veintidós mil pero no se están creando empleos buenos, aumenta la precariedad como en nuestras latitudes.
Entre nosotros al hacer una evaluación seria, tendríamos que ponernos de acuerdo sobre la economía sumergida que en una estadística reciente ascendía nada menos que a un dieciocho por ciento, lo que reduciría la tasa de paro. Cuando se aproximan las elecciones se nos pinta una España muy subdesarrollada con hambruna infantil y miles de hogares en que no entra ningún ingreso. Por su parte los del gobierno hablan y no paran de un fuerte incremento económico que sería nada menos que el más elevado de la Unión Europea con un tres por ciento.
Como las estadísticas se cocinan en diferentes fogones, confieso que es muy difícil llegar a una conclusión, sobre todo, viendo en el sector servicios, en la construcción y en la agricultura que el número de trabajadores extranjeros no disminuye sino que aumenta a ojos vista.
Sachs aboga por una educación de calidad para enfrentarse con la automatización y la globalización. Las máquinas, argumenta, han reemplazado cada vez más, los empleos menos calificados en la agricultura, la minería y la manufactura, mientras que las restantes operaciones de mano de obra intensiva, como el corte y la costura de prendas de vestir se trasladaron al extranjero.
En esta segunda revolución industrial, de la era de la digitalización, los robots constituyen un peligro para el empleo actual. Ya cité en otro artículo que en la estación del Alsa en Avilés, el taquillero mira con recelo a la máquina expendedora de billetes que le han colocado junto a su taquilla y sentencia esta me quitará el puesto, ante esto, no falta con aumentar el salario mínimo de este empleado, tenemos que intensificar en la infancia la educación de calidad y fomentar la educación profesional. El problema es salir de la pobreza y si se crece en hogares con muy pocos libros, padres a menudo mal educados y en un ambiente hostil socialmente, las escuelas públicas se convierten en receptores de estas catástrofes sociales.
Sachs propone aumentar los ingresos de los trabajadores menos cualificados y menos educados, grabando a las personas con ingresos más altos. Una vez más, Estados Unidos necesita europeizarse y hacer visible algo que en España pasa desapercibido, como la atención infantil, las escuelas gratuitas, red sanitaria de alto nivel y al servicio y sin coste para el ciudadano. Estas matrículas muy baratas o casi gratuitas y la atención médica gratuita para todos, se financian con los ingresos fiscales generales. A esto tenemos que añadir las infraestructuras muy buenas de las que gozamos en muchos países europeos y que permiten un nivel de vida digno, aún enfrentándose a trabajos precarios que refuerzan la familia como unidad económica. La pensión de los jubilados es refugio en tiempos difíciles.
Téngase en cuenta, querido lector, que la abrumadora propaganda del sueño americano nos hace desde Europa, ver una América real que solo en un pequeño porcentaje, refleja las pujantes colonias y urbanizaciones que también tenemos en Pozuelo y Majadahonda.
En España, últimamente está en boga, véanse los premios Goya, un realismo muy cutre que si quienes son apasionados del cine, sacaran conclusiones sobre España, dirían que estamos en un infierno feo y pordiosero donde imperan el Padre Angel y la Monja catalana que hacen las delicias de Carmena y Arthur Mas.
Querido Jeffrey, envidias nuestro tipo de vida socialdemócrata que te protege de la cuna a la tumba o lo intenta al menos, mientras que, para nosotros, soñamos con una sociedad del cuatro por ciento de paro y la tecnología de punta del Silicon Vallei y los estratosféricos rascacielos que tenéis.
En la globalización las ideas se mezclan y todos aprendemos unos de otros. Si habláramos de cocina el plato preferido sería: la paella valenciana y el minestrone italiano.
