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A vueltas con Adam Smith

lunes, 26 de junio de 2017
El Club de Roma puso de moda la frase, “pensar globalmente y actuar localmente” era la receta para abordar la “problematique”. El mundo internacional es muy complejo y muy difícil para quienes tienen que tomar decisiones, a esto se añade que los políticos actúan en el corto plazo. Es indispensable hoy en día, tener lo que los alemanes llaman una “weltanschung”. La huelga de los estibadores no es solo un problema local sino que se convierte en un problema mundial, se enfrentan intereses locales y gremiales con políticas de liberalización económica, otro tanto los taxis y las nuevas plataformas de transporte. La enorme cantidad de conferencias, seminarios y reuniones internacionales exigen en los participantes una visión muy amplia del tablero de ajedrez que es la política mundial. El Brexit inglés tiene repercusiones también en Asia y en Oceanía. Los movimientos populistas son adaniticos ya que parten de cero y desean sustituir la vieja política por la nueva frente a la persona preparada o ponen el mito del hombre de la calle, la gente, tratan de solucionar problemas que los desbordan completamente, soluciones mágicas y demagógicas. El tratado de libre comercio de la Unión A vueltas con Adam SmithEuropea con Canadá es un paso más en la liberalización de la economía, pero se enfrenta a intereses corporativos nacionales. Un impulso al liberalismo económico, con esa mano, secreta que regula el mercado, según Adam Smith, tiene un gran valedor en el nuevo presidente francés, Macron, por cierto que Adam no salió de Escocia, en la vida pero sus teorías tienen alcance planetario Emilio Salgari, tampoco viajaba, pero un mapamundi abierto, le servía para imaginar las gestas de Sandokan en paisajes muy exóticos, cuestión de imaginación, fantasía y en definitiva creatividad.

El Plan Chino conocido como la Ruta de la Seda, promueve grandes infraestructuras e intercambios comerciales a escala mundial. Los partidarios del proteccionismo como Donald Trump y los sindicatos en general, pecan de ceguera y defienden causas imposibles. La revolución tecnológica actual que digitaliza el planeta, es una gran segunda revolución industrial, el gobernante tiene que aprender a nadar y a guardar la ropa. El auge y la pujanza de la construcción naval en Corea del Sur hay que combinarla con la defensa de los puestos de trabajo y viabilidad económica de los astilleros de Ferrol o de Cádiz, por ejemplo, si a esto añadimos la fuerza económica que tienen los tráficos ilegales como la droga, el contrabando y los tráficos de personas, completamos un panorama, una problemática que ha de tenerse en cuenta para encontrar soluciones a los problemas de nuestro tiempo.

Capítulo aparte, son los gastos de defensa y seguridad que encienden muchos conflictos y contribuyen a mantener el orden. De la complejidad han surgidos muchísimos grupos de presión, grupos ciudadanos que intentan mejorar un determinado sector, iluminar situaciones complicadas y conseguir cambios.

Todo lo dicho anteriormente nos conduciría a Platón, que postulaba un gobierno de filósofos, pero esto amigos, sería un desastre. El peor colaborador que he tenido nunca, fue un joven norteamericano que tenía A vueltas con Adam Smithcuatro masters y el resultado era que no funcionaban ni los ordenadores, ni las impresoras, ni las conexiones eléctricas, un verdadero desastre. Como dice mi amiga Rosa, matan moscas con cañones y me pone el ejemplo de un marido de una importante mujer pública que se parecía mucho al estudiante de Estados Unidos. El político o el directivo de un banco o de una gran empresa tiene que estar, cafeteado, como se dice en Argentina, tener sentido común. En este punto otro amigo, Alfonso, recomienda leer el criterio de Balmes y un artista en “Casa Manolo”, sugiere la lógica de Aristóteles.

Para terminar comentaré un pequeño relato de Somerset Maugham, el monaguillo, en que se descubre que un afamado hombre de negocios era prácticamente analfabeto y quien lo entrevista, le pregunta, ¿qué hubiera sido de usted si hubiera sabido leer y escribir correctamente? Le respondió, pues hubiera sido un monaguillo. En resumen, visión de la problemática sí, pero al mismo tiempo ese sentidiño gallego que le gusta tanto a Don Xulio.
Antuña, Joaquín
Antuña, Joaquín


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