La sociopatia de Donald Trump

Sonia Sachs me manda otro articulo de Jeffrey que sigue muy preocupado por la decisión de Trump de retirar a Estados Unidos del acuerdo sobre el clima de Paris. Este sentimiento del catedrático de la universidad de Columbia es compartido por la inmensa mayoría del mundo académico de Estados Unidos. Sachs va mas lejos todavía y lo califica de sociópata, es decir un personaje peligroso no solo para si mismo sino para todos. La representante de Estados Unidos en Naciones Unidas que se llama Nikki Haley ha causado también estupor. Un tema tan vital lo despacho Trump con una salida de matón de bar. Esos individuos que beben solitarios frente a una copa, que hablan solos y que se quejan de su suerte y culpan de forma disparatada a personajes conocidos. Incita, además, con su populismo al odio antiamericano cuando dice “el mundo seria de nosotros”. Esta sociopatia se caracteriza por su cinismo y su profunda ignorancia. Como pretexto para sus seguidores fanáticos les dice que Pittsburgh no es Paris tratando de poner un dedo en la llaga. Del desempleo de trabajadores estadounidenses que han perdido sus puestos de trabajo ante la crisis de la siderurgia y del carbón. El alcalde de esta ciudad salió al paso de esta afirmación y dijo que Pittsburgh era partidaria de los acuerdos de Paris ya que alberga Carnegie Mellon University uno de los grandes centros de innovación mundial en el fomento de tecnologías que promueven la transición a las energías limpias que se caracteriza por su no al carbón, alta eficiencia, equidad y crecimiento sostenible. Una especie de dicho en español castizo bueno, bonito y barato. Pero Donald no esta solo, tiene apoyos en el partido republicano en el que 22 senadores republicanos le enviaron una carta la semana anterior al presidente solicitándole la retirada del acuerdo de Paris. Lo que Sachs denuncia es que estos senadores defienden intereses de los grupos de presión partidarios de las energías contaminantes y viene a sugerir que están sobornados o en palabras menos conflictivas subvencionados y lo explica con varios ejemplos que mis lectores inteligentes podrían trasladar a Europa y a España. Tenemos que aprender a leer entre líneas y a pensar con cabeza propia. De prosperar esta tendencia los países petroleros como China, India, Rusia, Arabia Saudí, Canadá y las regiones importadoras de petróleo como Europa, Japón y la mayoría de África se alejaría de las tecnologías limpias que pueden deparar un futuro mejor y que existen como la solar, la eólica, la geotérmica, la hidroeléctrica, la oceánica y incluso la nuclear. América no es un ejemplo para el mundo nos dice Sachs. Aquí claro esta, la deformación que tienen en Estados Unidos de considerar que el mundo es de ellos. Esta costumbre que para mi es funesta procede de las victorias militares en la primera y la segunda guerra mundial. Las playas de Normandía no justifican que Estados Unidos sea el gendarme permanente del mundo. Cuando se declara el fuego, se llama a los bomberos pero una vez extinguido los bomberos se van. Sachs esta indignado y apostrofa a los desastres climáticos causados por las decisiones personales como “tifón Donald”, super tormenta, Ivanka y mega tsunami Jared e invita a su país a cooperar con la comunidad de naciones en pos de esta energía limpie y sostenible. El ecologismo se ha convertido en una nueva religión en la que se cree a pies juntillas y que posee un gran bagaje científico. No es la fe del carbonero porque detesta a este mineral. Pero a veces nos hace vivir en un mundo de ensoñaciones, de quimeras futuras que se alejan mucho de las preocupaciones del ciudadano medio ocupado por los acontecimientos que rodean su vida. Este nuevo culto exige enamorarse del futuro, que es a lo que Peccei (fundador del club de Roma) nos invitaba a todos. Los políticos no lo tienen fácil porque piensan a corto plazo para ganar sus elecciones y n defraudar a sus electores. Paz y Cooperación sostiene las ideas de Jeffrey Sachs y de quienes que como él son los Jules Verne, los Julio Verne del porvenir.