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Un centro, un colegio, un museo y una cafetería

viernes, 09 de junio de 2017
Crecer no significa, necesariamente, desarrollarse. Nuestra ciudad no necesita crecer, necesita consolidarse. Este proceso debería apostar, definitivamente y con decisión por el espacio dentro de la muralla. Nuestro centro necesita algo más que lo hecho y propuesto. Soy recurrente en cuanto a las posibilidades pero son tan obvias que es necesario no dejar de exigirlas.

En la actualidad se ponen sobre la mesa posibilidades de implantación de servicios para la ciudad. Lo cierto es que todas ellas, suman, en esta necesidad de urbanizar los espacios entre la muralla y la ciudad, estos vacíos urbanos son la clave para dar la vuelta a nuestro centro.

Se dice que algunas ciudades costeras viven de espaldas al mar, nosotros vivimos dando vueltas, de espaldas y encima de la muralla. Sin embargo cuando nos acercamos a ella, y su lienzo nos ampara, los espacios se convierten en únicos. Este telón pétreo es nuestra diferencia sin desarrollar.

Proyectos urbanos que reorganicen los tres grandes espacios vacíos harían que girásemos nuestras miradas, terrazas y ventanas al lienzo de la muralla. El plan Urban, y nosotros como arquitectos, redactamos tres proyectos para iniciar la llamada ronda interior. Este nombre encierra un error. Si algo no necesitamos es una ronda, sino un conjunto de espacios concatenados con edificios públicos y privados que den fondo a las traseras heredadas.

Desde la intuición me parece una buena idea construir un colegio en uno de ellos. Necesitamos potenciar el centro, dotarlo de más actividad. Por su tamaño, hará fachada contra las traseras. Claro que aquí la clave es el patio. Debemos evitar lo habitual: una valla y un plano de hormigón. En Lugo ya tenemos dos malos ejemplos Los Franciscanos y el Xoan Montes. Dos edificios notables como fondo con patios muy deficientes. El patio es considerado un resto, el lugar donde jugar, correr, divertirse y conocerse es un plano de hormigón con canastas.

Las zonas de juego de los colegios deberían ser espacios abiertos en horarios no lectivos y construidos más como jardines que como planos de hormigón. Las canastas, porterías, suelos blandos, bancos, huertos y árboles son unos buenos mimbres para proyectos de urbanización divertidos y abiertos a diferentes horarios.

Al hilo de las obviedades, vivimos encima de la muralla por lo tanto, lo que pasa en el suelo es nuestra fachada.

El museo de la romanización debe estar y debe esperarse y el lugar es el cuartel de San Fernando. Claro que desde mi punto de vista fue un error no construir el nuevo auditorio en él. Su nueva ubicación no genera ciudad ni paisaje urbano cotidiano. Al nuevo auditorio iremos pero no estaremos.

Y por último un apunte. El MIHL es una obra magnifica y su ubicación acertada. En ese momento se pensaba el Auditorio en el Centro. Este Museo se sitúa entre uno de los parque más importantes, la zona deportiva por excelencia y el conjunto de biblioteca, edificios de servicios y naves públicas. Cerraba este centro de actividad. Tan solo cometió un error y es que la cafetería está enterrada y, claro, cerrada. No puedo dejar de pensar que debería haber sido otro cilindro abierto a la zona deportiva.

Un cilindro más sobre el plano del césped y un patio circular más excavado bajo él. Sería lugar de encuentro de padres y niños. Un bello restaurante. Y a fuerza de estar se entra.

Nuestros esfuerzos deben ir en colmatar nuestro centro, rehabilitar para asentar población. Proyectar lo vacío.
López Alba, Óscar
López Alba, Óscar


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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