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¡Viva la madre superiora!

miércoles, 10 de mayo de 2017
“Reverendo Mosén. Soy la madre superiora de la congregación. Desearía que traspasaras dos misales de mi biblioteca a la biblioteca del capellán de la parroquia. El ya le dirá dónde se deben colocar. Muy agradecida”

En el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional se encuentra, entre otros muchos aportados por el ministerio fiscal, este documento manuscrito por Marta Ferrusola, la mujer del expresidente de la Generalitat, don Jordi Pujol, en el cual doña Marta, o quizás sería más apropiado referirnos a ella como Sor Ferrusola, se presenta a sí misma como la madre superiora de esta peculiar orden monacal, la de los Pujol, que según parece, más que dedicarse al Oficio Divino, parece estar más ocupada en los quehaceres más mundanos de la actividad humana, especialmente en lo que atañe a componer misales, confeccionados gracias a la inagotable materia prima que proporcionan las mordidas del 3%.

Es sabido que los miembros de tan peculiar orden, renunciando a la vida contemplativa y a los votos de pobreza, pero respetando sin embargo el voto de obediencia debida a la madre superiora, ha abandonado definitivamente la Regla del ora et labora, para seguir escrupulosamente la Regla del 3%, expresados en su ideario religioso, que se sintetiza en un revelador “ a dios rogando y la pasta trincando”, actividad a la que todos los miembros de la congregación se han entregado en cuerpo y alma durante décadas, en un “camino de perfección” digno de los más escogidos místicos españoles, (perdón, se me ha escapado españoles, sacrilegio para la secta, rezaré 3 padrenuestros y 2 avemarías como penitencia por tamaña ofensa), consagrados a tiempo completo al traspaso de “misales” entre las distintas “parroquias” que la orden tiene en diversos países.

Conocida la orden, la madre superiora, el capellán mayor, los numerarios de la misma y la oración de cabecera de la congregación, inspirada en un sarcástico “España nos roba”, sólo nos queda saber el papel otorgado al “honorable” en esta suerte de vodevil chabacano y rastrero y, después de sesudos razonamientos, creemos haber llegado a la inefable conclusión de que, para él está reservado el gran honor de ser la representación viva del “dios”, miserable y patético, de este supuesto paraíso terrenal llamado Catalunya, vanguardia y adalid de la corrupción nacional, que ya es un decir, y de la incompetencia política, cabeza visible y ejemplo perenne de este dramático esperpento llamado España.

Dejemos pasar los meses y verán que todo el ruido se queda en nada. Eso sí, la Justicia española seguirá siendo igual de eficaz e implacable con los de siempre, los robagallinas y los raterillos de poca monta, el verdadero mal que, sin duda, aqueja a España. Los verdaderos depredadores de la sociedad española a los suyo, desde el convento. Para los demás, querido lector, marchando otra de gambas y, lo dicho, ¡viva la madre superiora!
Durán Mariño, José Luís
Durán Mariño, José Luís


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