La cabeza según mi amigo

Como saben tengo un amigo que me cuenta cosas y el otro día me hablaba de la cabeza en los siguientes términos: “La cabeza está concebida para pensar y ese es su fundamental cometido, ahora bien, hay quien la usa para llevar el sombrero o la gorra; otros la ven como un aparcamiento de pelos, si es que se tienen, aunque hay quienes se rapan para hacer sitio; otros la ven como una máquina registradora o hucha de aval para la eternidad; algunas mujeres vieron que sus abuelas las usaban para cargar camino de la plaza y hora la nietas la usan para llevar repollos a las bodas…” y sigue: la cabeza es una “fábrica” multiusos que tanto vale para perder el tiempo con el fútbol, como para planificar con quien comer, beber y tener sexo o bien subir al pedestal de la vanidad en sus múltiples variantes o crear dioses de papel cuché.

La elaboración de ideas propias es muy minoritaria. Eso sí, fabrica muy bien estupideces- no hay como leer el presente artículo - y cambia con frecuencia de temperatura…” Por eso no se lleva bien con el corazón ya que éste la acusa de ser muy fría; le achaca que siempre sabe muy bien retorcer las verdades para convertirlas en mentiras; de ser acomodaticia, oportunista, mezquina y traicionera, y que sabe inventar disculpas para evitar la solidaridad, por ejemplo.

El corazón reprocha a la cabeza que no sabe enamorarse y que las canciones no las compone ella, sino que se las roba a él. La cabeza se ríe sarcásticamente y le contesta que ella vive en las persona inteligentes, en las que triunfan, en las que detentan el poder, en las que dominan las finanzas, en las que saben calcular para ganar siempre…” Y continúa mi amigo: “El corazón calla, no contesta porque se sabe enfermo, porque anida en la casa de los perdedores, porque con frecuencia se ve traicionado, porque se sabe dueño del arte y de los sueños. Se cachondea, metafóricamente hablando, de lo vacía y osada que puede resultar la cabeza y le achaca que pueda llegar a presidir un estado (está pensando en Trump).

El corazón, cuando ya se cansa de oír simplezas,le reprocha que está visto que por más inteligente que sea la cabeza ninguna arregla el mundo, sino, por el contrario, la lleva a la hecatombe con sus decisiones tan peregrinas y le recuerda que las únicas esperanzas de la sociedad son sólo los frutos del corazón, que todos los problemas que surgen los solucionan aquella personas que anteponen el corazón a la cabeza, aquellos que sueñan en la igualdad, en la justicia social, en la solidaridad, en la paz… y viven y trabajan por esos sueños“.

Sin duda, mi amigo es una rara avis a la que pocos entienden, una persona que cree que la tecnología es la herramienta del futuro; pero me aclara que sólo es una herramienta y me recalca lo de herramienta. Dice que lo que llaman sensibilidad de los robots es sólo precisión. Que la sensibilidad es otra cosa y que conviene precisar el lenguaje y reflexionar, uso útil de la cabeza me recalca, para no mezclar churras con merinas.

Sin duda, el futuro parece brindarnos avances científicos como la fabricación de órganos, el descubrimiento de nuevos planetas, la robotización del trabajo…Y todo ello es fruto de mentes preclaras, luchadoras y trabajadoras, de cabeza inteligente y enorme corazón, que saben aunar ambas capacidades para el bien de la humanidad y en este sentido conviene no fiar todo al mundo tecnológico porque todo él es fruto de la inteligencia humana y ésta se cultiva usando la cabeza en menesteres más ambiciosos que los descritos más arriba.

Son cosas que piensa mi amigo y a los amigos hay que respetarlos y escucharlos; no vaya a ser que tengan razón.