Un sabio de las estrellas

En la Sierra madrileña en Villanueva de la Cañada se encuentra el Centro Europeo de Astronomía Espacial ESAC-ESA en un paisaje muy plácido de encinas que parece muy propicio para el avistamiento de OVNIS y encuentros de la tercera fase. Aquí se forjó el proyecto Rosetta, la sonda que explora Marte y su artífice al frente de un aguerrido equipo internacional es Miguel Pérez Ayúcar, un hombre joven muy despierto con aires de deportista y a quien confiarias a tus hijos en caso de urgencia, que se aleja muy mucho de los sabios ‎distraídos y desaliñados que nos pintan los mangas y que es el Coordinador del Grupo de Operaciones Científicas y Planificación de Rosetta. Le acompaña otro científico el austríaco Michel Breitfellner encargado de la sensibilización escolar, el proyecto CESAR siempre en sus siglas inglesas, los sabios como los concursantes de Eurovisión hablan y trabajan en inglés. He ido a visitarles con Georgia, una bonita rumana, con ese aspecto de espías de la KGB, que tienen las chicas del Este, jueguen tenis, sean guías turísticas o enamoren caballeros. Necesitamos un soporte científico para nuestro Premio Escolar Mirando a las estrellas y deseamos invitarles a participar en nuestro stand de AULA, el Salón del Estudiante y la Oferta Educativa. Las estrellas están de moda y de rabiosa actualidad, los oscares de la película LA LA LAND, la ciudad de las estrellas y las últimas noticias de la NASA sobre el sistema Trappist-1, que a cuarenta años luz nos presenta un sistema planetario muy parecido al de la tierra y que por tanto podría tener agua y vida. Se cruzan ficción y realidad con en medio los científicos con sus sofisticados aparatos, sus cálculos complicados matemáticos y su lenguaje enrevesado para iniciados, pero no se trata de nigromantes sino de forjadores del futuro. Conocí a Miguel, de quien me había hablado con los ojos en blanco Pilar Barroso, en el colegio CAUDE de Majadahonda con alcalde, embajadores, profesores y escolares en un repleto auditorio, Miguel desgranó con elocuencia su charla espacial mostrando estrellas y haciéndonos adentrar en ese interminable infinito. Tuvimos que acortar su demostración porque los personajes tenían mucha prisa. En el Manual del hombre importante esta siempre tener apremio de tiempo. Por eso la guapísima embajadora de Chipre se marchó corriendo a una reunión en el Senado. Después del acto académico en los corrillos coincidí con nuestro sabio, sin saber de quien se trataba y por tanto sin mostrar la reverencia debida. Eramos activistas que tratábamos de interesar a los estudiantes por los temas estelares por lo que nos citamos para la semana siguiente en su centro. Acordamos colaborar aunque a un modesto comunicador se le abran las carnes ante este ingeniero de telecomunicaciones con curriculum alucinante asociado incluso, atención damas, en las Operaciones Científicas en la misión Venus Express y con Michel que ante un ordenador y una pantalla poblada de gráficos se queda solo, como se dice en lenguaje taurino. Además estos sabios con tanios latines y griegos espaciales son humildes, accesibles y simpáticos. Por lo tanto no queda otra que la inmersión espacial y tratar de abrir ojos y mentes a las galaxias, los exoplanetas, la Biblia en verso y tal vez porque no encontrar candidatos a las hazañas de Glenn, de Gagarin y de Pedro Duque.