Un tango para Doña Cristina

Expectación. La sentencia por antonomasia. El Caso Nóos nada menos. Una infanta de España en el banquillo de los acusados bordeando la cárcel‎. Una pena de telediario que dura ya once años agravada con su presencia en el juicio y las condenas de todos los amigos del morbo y enemigos de los poderosos y no digamos de la Monarquía. No importaban los argumentos, ni los hechos.Clima de toma de la Bastilla. Sangre. Sangre. Rueden cabezas. Del rey abajo ninguno. Manos Limpias pedía ocho años para Doña Cristina. A la cárcel sin remisión. Ejemplaridad. Demos un escarmiento de padre y muy señor mío. Afortunadamente las tres magistradas se han esplayado en más de mil doscientos folios para argumentar la sentencia y sin leerla, a vista de pájaro parece muy justa y proporcionada. Pedir más de 19 años para Urdangarin era un disparate, pues equivalía a una condena por asesinato lo que es absurdo. Como lo ha sido condenar a tres años en el fallo de la Gurtel a "la Perla" a tres años por haber recibido un reloj de dos mil euros. Realmente clama al cielo. Raya en el absurdo. Exíjasele la devolución. Múltesela, pero no inflen una condena a más de nueve años de prisión. En los bares y en los agoras callejeros se habla de muchísimos años de cárcel, como si diez años fueran una bagatela. La corrupcion ha indignado a la ciudadanía, pero llevar a la Pantoja a cumplir dos años de cárcel por ejemplaridad, es una exageración y un atentado contra el mundo de la farándula. Recordemos el caso de Lola Flores que se resolvió de una forma más ecuánime. Nuestras cárceles están superpobladas. Arbitremos penas económicas y de servicios sociales.En el caso de Urdangarín, uno de los hombres más tontos de este país, es lógico que se le envié a prisión de forma inmediata con su profesor Torres, que creyó encontrar un mirlo blanco en el balonmanista y yerno de rey a quien podía manipular y hacer la boca agua con todo lo que se podía conseguir con su influencias y contactos reales, como se podía negar nada al yerno del rey. Tonto de remate, de quien tenía todas las puertas abiertas para servir a la sociedad y no de ella para nutrirse de dinero público, lo que equivale a robar a todos los contribuyentes. Inadmisible, para mi más por tonto, en un país de pillos, que por tráfico de influencias. Queda en el aire la consideración que se debe dar a las mujeres de los imputados. Son inocentes. Son cooperadoras necesarias. Esta cuestión flotara siempre sobre la infanta Cristina y sobre la esposa de Torres. Es una asinatura pendiente. Las mujeres no son un cero a la izquierda y si exigen, con razón, todos los derechos, tendrán que asumir todas las obligaciones. De momento creo que Cristina de Borbon ha ya recibido un gran castigo y como en los boleros ha sido una víctima del amor, se merece un lastimero y desgarrador tango.