En el Foro de la Nueva Comunicación organizado por Fórum Nueva Economía celebrado en los salones del Hotel Ritz de Madrid hace unos días, la periodista de larga trayectoria, Cristina Fallaras, compartió una interesante reflexión acerca de los tiempos transicionales que el ámbito de los medios de comunicación está experimentando, frecuentemente con cierta estupefacción.
La invención de la imprenta tuvo un papel fundamental para transformar un mundo donde la obscuridad de la ignorancia derivó en oscurantismo que fue conjurado con el arribo de este genial invento de Gutenberg que alumbró la luz del conocimiento.
Cristina Fallaras rescató en su exposición la revolución social que originó la imprenta, cuando permitió que el conocimiento saliera de la reducida esfera de lo monasterios y los palacios para difundirse a través de la producción masiva de libros y más aún, cuando varios siglos después, llegó la novela moderna que inevitablemente desplazó a los cantares de los juglares porque su propuesta era más compleja, y se hacía por ende, más atractiva.
A la luz de esta reflexión la oradora expuso el papel de los medios de comunicación en la era de las nuevas tecnologías y el expansivo protagonismo de las nuevas plataformas de la comunicación en las que se han convertido las diferentes redes sociales masivamente usadas hoy en día, como twitter, facebook, Instagran, entre otras.
Antes, aclaró la periodista, los medios de comunicación tenían una línea editorial que representaba el enlace entre los administradores (políticos) y los administrados (la población) por ello los titulares eran el principal aliciente para que los lectores se decantaran por uno u otro medio de comunicación escrito, sin embargo, hoy en día, los lectores acuden a los medios de comunicación digital por enlaces directos a las noticias de su mayor interés, prescindiendo absolutamente de los titulares, inaugurando así nuevas sinergias que deja atrás el tradicional modus operandi del titular periodístico para atraer al público.
Del mismo modo, explicó Fallarás, la figura del columnista, que antes marcaba los temas de actualidad, está desapareciendo siendo desplazados por las interacciones propias de las redes sociales, que son las que ahora marcan la pauta, definen los temas de interés y revelan donde está la noticia. Algo que se puede comprobar cada día ya que por estas redes sociales los políticos preparan sus iniciativas legislativas, donde marcan las fronteras ideológicas de sus confrontaciones y hasta donde exhiben sus políticas públicas.
Evidenciando con ello parte del papel transformador de la tecnología en la sociedad actual y en la forma de entender la democracia. Tal cambio opera una interacción tal que el lector digital y sus propios cauces o caminos se imponen por su versatilidad frente a la tradicional forma de actuar de los medios de comunicación escritos.
Fallaras expuso con claridad una realidad que todos vemos en nuestro día a día, en el paradigma de la sociedad global acaece una verdadera transformación de la información constante que se presenta ante nosotros de una manera inmediata, a golpe de un click, y que avanza como una enorme fuerza incontenible y por momentos omnipresente.
Este nuevo panorama, al igual que lo fue en su momento irrupción de la imprenta, configura, efectivamente, una revolución social en la cual los lectores digitales fijan las formas de acceso a la noticia, definen cual es la noticia y usan las redes sociales como plataformas de acceso a las noticias.
Este complejo panorama global y el sorprendente giro de los acontecimientos políticos internacionales hacen imposible establecer el rumbo que tomaran los medios de comunicación digital; anticiparse al lector o en su defecto seguirle para saber dónde está el interés y qué es lo que configura la noticia.
Sea cual sea el camino a seguir una cosa es clara, el elemento que marcara la diferencia será el trabajo bien hecho, con seriedad, profundidad, usando la versatilidad que nos brinda el idioma para exponer las ideas. Porque a veces frente a la frenética actividad de la red, un artículo bien escrito representa la enriquecedora interactividad entre el lector y el medio, como un esperanzador oasis en medio de la incesante actividad del big data mediante el constante intercambio de datos. Un artículo bien escrito, que se deje leer, sin prisas y más bien con pausas, siempre será, el mejor camino a elegir, porque entre otras cosas, posibilita la necesaria reflexión del ser humano.
