Películas estonianas

Una agradable sorpresa para los aficionados al cine han sido dos películas estonias "La lección de esgrima" y "1944", que más allá de su calidad cinematográfica constituyen un testimonio político de primer orden. Las pequeñas repúblicas bálticas, los otros nórdicos pobres, los que formaron parte de la Unión Soviética. Estas dos películas retratan fielmente la epopeya que vivieron estos ciudadanos que se debatieron entre la ocupación alemana de los nazis a la dominación rusa soviética. De la cruz gamada a la hoz y el martillo. Fueron momentos muy difíciles en que los independentistas se vieron englobados en dos grandes potencias y aplastadas sus aspiraciones. 1944 retrata a una brigada de soldados primero nazis a la fuerza y después enrolados en el nuevo ejército rojo. Son las mismas personas atrapadas por las circunstancias. La lección de esgrima relata el triunfo de una escuadra escolar estonia que se impone en un concurso de toda la Unión Soviética, dirigida por un profesor con pasado nazi, que después del triunfo sufrirá la deportación a Siberia. Ambas películas no tocan el delicado tema de los colaboracionistas locales que colaboraron en las purgas contra judíos y contra los burgueses. Filmadas al estilo del realismo socialista, que sólo han sabido llevar a buen término los directores libres del virus comunista. Muestran un país agrícola, muy austero y contralado políticamente por los comisarios ideológicos. No hay concesiones tipo destape o pornográfico, sino una romántica ingenuidad nórdica. Los buenos sentimientos, la solidaridad, el compañerismo forman parte de estas apologías de la bondad humana, tan puesta en entredicho, por las vicisitudes y el clima espartano que se respira en ambas películas. Se evita retratar a nazis y a comunistas como monstruos al estilo de las películas americanas de nazis o de malvados comunistas. En cambio retratan perfectamente, incluso con bellas imágenes, la odisea de los simples ciudadanos enfrentados a un destino sombrío y a veces trágico. Es decir la condición humana. Estonia, Letonia y Lituana han conseguido su independencia y pertenecen a la Unión Europa y el Himno de la "Oda a la alegria" los hermana a todos los demás países europeos. En España con nuestra Memoria Histórica a cuestas no hemos conseguido plasmar en imágenes un par de películas sobre el periodo histórico que retratan tan fielmente estos notables films estonios. Superar la lógica de los buenos y los malos y reflejar la condición humana.