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Nombres en biología (2)

jueves, 21 de julio de 2016
Híbrido

En las religiones mediterráneas anteriores a las basadas en la Biblia, los siempre numerosos dioses aparecen como seres humanos que poseen los mismos rasgos conductuales que los hombres. Generosos, altruistas o valerosos, pero también envidiosos, vagos o ladrones sin faltar algún que otro petimetre.

Tal vez, lo que se pretendía con esta amplia gama de dioses era que los hombres encontrasen un cierto consuelo al ver que seres iguales a ellos, con características similares, alcanzaban el grado de la divinidad. En muchos casos, estas religiones pretendían el consuelo de las personas, nunca aportar un sentimiento de culpabilidad, pues hiciesen lo que hiciesen los humanos, siempre existía un dios que se había comportado de manera similar, por lo que no había razón para que en la mente transgresora apareciese algún sentimiento de amargura.

En la religión griega, estructurada también para hacer felices a sus seguidores, sólo había una cosa prohibida a los humanos: que intentasen emular a los dioses mediante una actitud semejante a un desafío. Esta actitud arrogante era considerada falta muy grave, se conocía con el nombre de hibris y estaba castigada con la correspondiente sanción divina, la llamada némesis, que imponía el dios ofendido.

Nombres en biología (2)Una hibris famosa fue la cometida por Ariadna, abandonada por Teseo en la isla de Naxos. Después de que Teseo hubo matado al Minotauro, gracias a la complicidad e Ariadna, huyeron a la isla de Naxos. Él tuvo que ir a Atenas, pero le juró volver a por ella. Era sincero al prometerlo, pero nunca volvió. Muchos hombres aman de ese modo, pero Ariadna le esperó de por vida, pues muchas mujeres aman así. Mientras Ariadna esperaba el retorno del mozo, la princesa cretense alcanzó una destreza tal en el modo de tejer, que retó a Atenea por ver quién de las dos lo hacía mejor. Por supuesto ganó Atenea, pero Ariadna fue castigada con la correspondiente némesis, siendo transformada en araña y teniendo que tejer constantemente hasta el fin del mundo. En el grupo zoológico de los arácnidos existe un género de nombre Ariadna, puesto en memoria de tan desdichada princesa.

Isabel Pantoja tiene en su repertorio una copla, llamada “Marinero de luces”, compuesta por J.L.Perales, que siempre me ha recordado a Ariadna esperando a Teseo. (I.Pantoja, Marinero de luces)
Parece que la manía de parecerse a los dioses siempre fue algo consustancial a los humanos. Puede que por comparar las excelencias de la divinidad con la ruindad humana. Cuando Eva es tentada en el Paraíso, el argumento esgrimido por el demonio es clarísimo: "Seréis como dioses". Incluso en este tiempo, cuando un joven envalentonado se encuentra a gusto, tal vez pretende ser original diciendo que está "como dios", sin saber que su actitud representa un eslabón más de una cadena de deseos presentes a lo largo de la historia de la humanidad.

Desde épocas muy remotas, existieron razas puras de animales domésticos. Esto quiere decir razas con generaciones en las que non aparecían miembros con caracteres indeseables, pues todos los presentes en las camadas, o en las nidadas, Nombres en biología (2)compartían las mismas buenas características propias de la raza. Hoy decimos de esas razas que son homocigóticas y que, por lo tanto, tienen fijados esos caracteres como resultado de una selección hecha por el hombre y llevada a cabo a lo largo de muchas generaciones, con sus éxitos y sus fracasos.

No era muy sencillo mezclar razas, pues en las descendencias podían aparecer caracteres buenos y no tan buenos, ya que en la antigüedad aquellos cruzamientos eran hechos un tanto al azar. Pero gracias a tales prácticas, se consiguieron múltiples razas de perros, por citar algún caso. Cuando se comenzaron a aplicar criterios prácticos a los programas de cruzamientos, se persiguió generar nuevas razas puras, poseedoras de muchos caracteres beneficiosos presentes en las diversas razas que se habían seleccionado previamente y que intervenían en diferentes fases de los cruzamientos. Para conseguirlo, se programaron cruzamientos con todo rigor.

No faltaron quienes vieron en estos afanes de generar nuevas razas, un intento de reto a la actividad creadora de los dioses. Como en la mitología, conforme a lo que he dicho, este afán de emulación era conocido como hibris, el resultado de sus trabajos fue llamado “híbrido”. Y así hasta hoy.
Valadé del Río, Emilio
Valadé del Río, Emilio


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