Voto: útil, moderado y para la estabilidad

Mantenerla y no enmendarla. Esta frase tan de la España cañí se ha convertido en el núcleo intangible del programa electoral del PP. Hemos pasado de las promesas contra la política de ZP a la convicción de que nuestro Estado de Derecho necesita otra pasada por el PP de la calle Génova, no ha sido suficiente con cuatro largos años de recortes, corrupción, desigualdad y entrega a los dicterios de la Troica. Nos piden estabilizar tales políticas.

Consideran moderado al que se conforma con lo que hay. Sólo es útil el voto que evitará reformas y regeneración en un país agotado por las malas noticias o esas cifras dónde tratan de convertir al ciudadano en mero asiento contable, más allá de la realidad que conforman: paro, pobreza, precariedad, desahucios, endeudamiento y desvertebración social entre una minoría tratada a golpe de privilegios, amnistías y facilidades para eludir la solidaridad fiscal; y una mayoría exprimida que debe competir en salario y tiempo de trabajo con los chinos para que las grandes compañías de la marca España, sigan exportando y ganando dinero.

En democracia no hay que tener miedo, no hay que promover el miedo, no se puede ser tan reaccionario como para exigir la infalibilidad del Gobernante que lleva cuatro años perjudicando al tejido social. Es como aquellas bienaventuranzas que ofrecían sufrimiento en esta vida o mansedumbre frente a la injusticia, a cambio del paraíso tras la muerte en el valle de lágrimas. Incluso, al más puro estilo del Santo Oficio, señalan la maldad en aquellos partidos que legítimamente preconizan cambio, alternancia y nuevo ciclo para los derechos sociales. Son malos todos los que pretenden el cambio de política económica y laboral. Son malos los que sienten nostalgia por la social democracia. Son malos aquellos que colocan al ciudadano en un eje dónde el Estado interviene para reorganizar la solidaridad y garantizar la equidad desde la igualdad de oportunidades o la dignidad humana.

Los del PP ni se molestan en reconocer errores, mentiras, apropiación indebida o políticas que han convertido a España en una finca barata para los mercaderes. Lo de la deuda para pagar más deuda, les da exactamente igual que la circulación de sobres con dinero negro entre los pisos de esa sede madrileña con personajes de confianza como Bárcenas, que mucho deben temer a que cuente todo lo que sabe y puede mostrar, al igual que ha hecho Urdangarín con respecto a los negocios controlados o impulsados desde las altas instancias de la anterior Jefatura del Estado.

A los del PP les conviene que los rebeldes no voten. Que sólo lo hagan sus fieles o los que están dispuestos a que gobierne el partido más votado. ¿Y si el partido más votado es Podemos?. Ya verán como tienen plan B, para tratar de convencer al pueblo español de emprender una cruzada contra el infiel.