El espíritu de Fientosa en la noche de San Juan

El 22 de mayo se cumplió un aniversario más del nacimiento del escritor chairego Francisco de Fientosa -Francisco Vega Ceide.

Dada la proximidad de la fecha con que se agasajó a otro poeta gallego, Manuel María, no me pareció oportuno publicar este texto, para no interferir. Pero como Francisco tiene la particularidad que no tienen otros, dos fechas de nacimiento; una real y la otra que declara en una breve autobiografía, según la cual nació un 23 de junio de 1912, me permite recordarlo en esta última.

Esta evocación, muy personal y emotiva, dado los lazos que me unen a él, conlleva, además, la franca intención de mover a los integrantes de las diferentes Instituciones Gallegas de la Lengua y Literatura para que vuelvan su mirada con calma y objetividad sobre su ingente obra literaria.

En “A Primeira Louzada”, excelente y minucioso estudio realizado por el filólogo y escritor Ricardo Polín está reunida toda la obra que fue posible encontrar de este tan prolijo, y al mismo tiempo, tan meticuloso escritor. La parte que estaba a punto de ver la luz en la imprenta allí murió junto con él; y otra parte que, al decir del mismo Fientosa: “Tengo ….obra inédita. Pero prefiero no hablar de ella. Una gran parte de mis trabajos están desperdigados por revistas y periódicos, y confío en que no se podrán nunca recobrar íntegramente; es una literatura bien perdida “.

Cabe destacar que parte de esa “literatura bien perdida” fue “bien hallada” gracias al esfuerzo mancomunado de dos mecenas, quienes reconocieron la valía de su obra como contribución a la literatura y al enriquecimiento de la lengua gallega y española. Me refiero a Don Emilio Sinde Nieto que volvió sobre los pasos del sacerdote de Castro de Rei y escritor Don José Manuel Caballo Ferreiro, en paciente empeño por conseguir los apuntes, en prosa y verso, algunos manuscritos y emborronados, entre los papeles, medio olvidados y teñidos de ocre por el paso del tiempo, que estaban en Vegadeo en poder de la viuda de su hermano César, más dado a sus actividades como militar y administrador de bienes inmuebles que a intereses literarios.

Valiosa contribución para la obra compilada de Ricardo Polín quien dedicó preciosos años de su vida a la investigación, cuyo fruto es el valioso y riguroso libro ya citado “A Primeira Luzada“ de 531 páginas, editado en 2002 por Ediciós do Castro.

En la breve vida terrenal de Francisco -24 años- las revistas literarias abundaban en España y era bastante común que los escritores publicaran en ellas, pero las voces de los poetas, muchas veces revolucionarias, se manifestaban en contra de otras ideas imperantes y es por ello que muchas eran censuradas o desaparecieron. No es el caso de Paquiño. Se puede comprobar leyendo su obra conocida, que, siendo un hombre de mente muy abierta y grandes ideales de libertad, no se mostraba abiertamente combativo, por más que haya todavía hoy algún indocumentado o malevolente que quiera encuadrarle en la derecha franquista recalcitrante.

Se rescató mucho, pero mucho se perdió quizás por no prestarle la debida atención a su debido tiempo.

En la obra que sobrevivió, este joven y culto escritor fue reconocido por su “gran sensibilidad y una disposición poética muy estimable (Revista del Ateneo –enero –marzo de 1934 –año XI número 67 ).

En el “Boletín informativo do Instituto de Estudios Chairegos PENA DO ENCANTO de noviembre 2001, año 1 página 10, que poseo gracias a la gentileza del amigo Don Emilio Sinde Nieto se lee “Tentaremos apoiar aos novos autores ofrecéndolle vías de publicación da súa obra recuperar do esquecemento a outros (como Francisco Vega Ceide-Francisco de Fientosa de Castro de Rei) e ampliar a difusión pública dos máis coñecidos“.

En el mismo ejemplar, página 38 están las palabras de Ricardo Polín, concisas y claras, referidas a su vida y a su obra; también a su asesinato en Aravaca en plena juventud el año 1936.

Lamentablemente en aquella España de convulsiones por enfrentamientos políticos irreconciliables que enfrentaron a bandos hermanos, de engaños y delaciones, muchos vieron su oportunidad para descargar su odio y envidia por manos propias o de manera cobarde y vil empleando las de un mercenario. La única verdad es que un disparo traidor, pero certero, gatillado por manos anónimas al servicio de mentes mezquinas puso fin a aquella voz inquieta, intensa, diáfana y prometedora.

“ Nin cadeias nin leises o persiguen
máis nunca será libre“
( “O asesino “) Ceso Emilio Ferreiro.

No hace mucho tiempo que otro amigo, Xulio Xiz, me hizo llegar su publicación “12 cantores de Terra Cha“ de agosto de 1970, entre los que se encuentran, ¡oh casualidad¡, Francisco Vega Ceide y Manuel María el homenajeado en este año en el Día das Letras Galegas.

Las intenciones que mueven esta publicación ya quedan expuestas al principio. Pido a todas las personas motivadas por intereses culturales libres de adherencias trasnochadas que sean rigurosas y se liberen de tópicos maliciosamente difundidos.

No pocos califican a Fientosa como el Lorca gallego. El amigo Xosé Manuel Carballo en uno de sus juegos de palabras, que es mucho más que un juego, se pregunta: ¿Por qué no decir: Lorca, é o Fientosa andaluz?

Quizás sea mucho pedir, pero que no quede por no decirlo. Creo de justicia que se sumen colectivos de intelectuales de uno u otro color a la búsqueda de sus restos en nombre de una memoria histórica completa, para que también Fientosa pueda descansar en la tierra que configuró su ser y acogió a sus padres en su seno.

Permítanme que cierre esta colaboración-petición con otro fragmento de otro poema de Celso Emilio Ferreiro.

“Que inda non sei por qué, dioses iñotos,
morreron tantos mozos que pasaban
cantando ledamente
cando o solpor dormía sobre os pinos”.


(ELSA VEGA AGUILÁ, profesora de literatura jubilada, es sobrina de Francisco de Fientosa, reside en Mendoza –Argentina, y visitó recientemente Galicia, recorriendo fervorosa toda "su" geografía física y humana de Castro de Rei).