A mí me ponen de los nervios los Papeles de Panamá. Sí, me ponen; tanto la manera que tienen algunos de contarnos las historias
como las ricachas y ricachos que fueron o aún son propietarios de una offshore. A ver, es que da la impresión de que algunos interpretan esto como una moda cuyos dictados sigue la jet de este país porque es muy guay, cuando en realidad se trata de una artimaña de ocultación de bienes para evadir impuestos o blanquear capitales.
Esto es lo que entiende el más común de los mortales menos ese conglomerado artístico/político/económico/ periodístico/social que sale en los papeles. Esa gente es la casta de la delincuencia económica, los ladrones de guante blanco, la golfería fina, los pijos del euro, los miembros del club de la mentira
Si no tuvieran una offshore no saldrían en los papeles y por lo tanto no tendrían que decir tonterías a coro, no se reirían sus gracias mirándose al espejo y ni se les ocurriría tomarnos a todos por imbéciles.
Pero, ya ves. Uno dice que fue su hermano. Otro que solo tenía una cuenta de ahorro. El ex que era para hacer negocios en el extranjero antes de dedicarse a la política. La hermanísima que la culpa la tenían los medios de comunicación que lo ensucian todo. El preboste de la prensa que el mensajero difama. El cantante que no tenía ni idea. Y la última, la chicajetdesesentaysietetacos, que esas eran cosas de su marido.
Ninguno de ellos sabía lo que es una offshore y nadie tenía intención de evadir
Muy fuerte, ¿No?
Pero
lo peor de todo es que rey y reina manden esemeeses de apoyo a uno de los que evadieron. Que haya aún políticos que digan que el exministro fue muy honrado. Que en programas de televisión de máxima audiencia se minimice la importancia del delito fiscal con toda frivolidad
O que Hacienda no haga pública la lista de los/las acogidos/as a su amnistía fiscal.
Al igual que Anguita, yo tampoco me explico cómo la gente de bien no ha tomado otra vez las calles para protestar por tanto robo.
