Unos abuelos de Liverpool, dos gays de Londres, una pareja de pijos de Cambridge, una familia de inmigrantes, dos amigas de la infancia que quedan en Brixton, el matrimonio de Nottingham en la que ella es pastora protestante
Proceden de orígenes distintos, tienen edades diferentes y viven cada uno en una esquina del país, pero todos se sientan frente al televisor cada noche. Gogglebox, Caja Tonta en español, es el programa de televisión de Channel 4 sobre gente que ve la televisión. Cinco millones de británicos están enganchados a una fórmula que se ha exportado a 16 países y cuenta entre sus seguidores con el primer ministro David Cameron, según recoge The Economist en el segundo número de marzo.
El secreto, sugiere el semanario, está en el casting, una representación de la vida moderna británica. En lugar de las extravagancias, las disputas y el conflicto que suelen buscar otros programas de telerrealidad, éste busca el estado de ánimo nacional. ¿Con qué se ríen los ciudadanos británicos, qué les saca de quicio, qué les hace llorar? La revista recuerda cómo durante la campaña electoral, algunos protagonistas de Gogglebox definieron con dureza a algunos líderes políticos e incluso predijeron su caída como en el caso de Ed Miliban (aunque eso tampoco era muy difícil de predecir).
Tania Alexander, una de las directivas del programa, asegura que buscan chispa y espontaneidad, no la naturaleza del ser humano. Cada episodio está formado por 60 minutos de más de 200 de grabación en los que no entra ningún contenido que pueda parecer una pose. Gran parte de su éxito se debe, según The Economist, a la atípica naturaleza de lo que captura [the atypical nature of what it captures]. Esa rara avis, que es la materia prima del programa, surge al recolectar las reacciones ante la televisión de personas que proceden de las ciudades más cosmopolitas del país y de vecinos de poblaciones en declive tras el auge industrial. Sus comentarios muestran la fragmentación social de un país al que las etiquetas para designar colectivos se le han quedado viejas.
El valor antropológico del que huyen sus creadores lo han buscado en The Economist. El país lidera los indicadores europeos asociados con un estilo de vida solitario: gimnasio en lugar de deportes de equipo, divorcios, teléfono móvil y tableta en lugar de televisión, compras por internet, comidas en soledad
Según la Oficina Nacional de Estadística, Reino Unido es el país más solitario de la Unión Europea. La grandeza de Gogglebox para el semanario residiría en su capacidad de cruzar fronteras geográficas, ideológicas, económicas y generacionales para evocar en su audiencia algo que todavía algunos recuerdan en este país: esa confortable sensación de pertenecer a un grupo cuando se sientan a ver la tele juntos.
