Il malcostume

En Italia ‎en la época de Tangentopoli al inicio de los años 90 se habló mucho de "malcostume" o malas practicas, corruptelas que incluso según los historiadores se remontaban a Mazzini uno de los padres del Risorgimento con Garibaldi por medio y la concesión de la explotación de unas líneas ferroviarias. En España no se ha acuñado una palabra específica y se habla de corrupción sin matices. La Italia papalina no se entendería sin el barroco, sin los retorcidos escorzos y los claroscuros tenebristas. Bernini y Caravaggio. Por eso las sfumature los matices son tan importantes. En este momento de la multiplicación de escándalos en España, en que los medios atizan el morbo y los partidos aprovechan la ocasión para arrimar el ascua a su sardina del poder convendría hacer una lectura a la italiana. La opinion pública esta escandalizada y asqueada y en los bares se bromea contra toda la clase política. Todos corruptos y todos a la cárcel claman los tertulianos. Introduzcamos matices para deslindar las responsabilidades individuales de las colectivas. La arrogancia del poder, el sentido de cohesión familiar que roza y traspasa el nepotismo, la picaresca latina de antigua tradición que han entronizado a Su Majestad el pillo redomado, la doble moral y la alegría que impulsa a la fiesta y a la camaraderia, tantos aspectos que caracterizan il malcostume, las malas practicas que tanto abundan en nuestro país. Las comisiones sin venir a cuento, los regalos fastuosos, las invitaciones estridentes, los viajes a pan y manteles, los favoritismos familiares, la detraccion vulgo robo de las subvenciones concedidades por amistad de partido, las subastas trucadas o limitadas contra la ley, los favores sexuales concedidos o impuestos, son todas malas practicas, que a veces contempla el Código Penal y veces son toleradas e incluso bien vistas por la opinión pública y publicada. Durante muchos años se ha abusado de estas malas practicas hasta que el vaso se ha desbordado y nos ha inundado a todos. Tenemos que hacer un examen de conciencia y empezar a comprender que o se destierran estas costumbres o será imposible acabar con la corrupción. Hay que repensar nuestras prácticas económicas y comerciales, reorientarnos hacia una seriedad y comprensión de la correlación entre ética y moral. Levantemos el dedo y la voz frente a los corruptos, pero al hacerlo modifiquemos nuestros hábitos y conductas, de nada servirá escandalizarnos por los otros y no cambiar nuestras malas practicas o il malcostume se convertirá en endémico, que hará intervenir incluso a la tremenda Directora de la OMS, doctora Chan famosa por sus emergencias sanitarias y en nuestro caso decretara sin duda una emergencia democrática, para impedir que la ciénaga maloliente afecte a la salud de la población.

Joaquin Antuña es Presidente de Paz y Cooperación.