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La milla de la música

lunes, 25 de enero de 2016
En un momento en que España se juega ser como Austria, Holanda o Alemania o ser como Grecia, en que hay que meditar en lo difícil que va a ser que el pueblo español vuelva a adaptarse a las alpargatas, espadrilles en versión catalana sustituyendo las flamantes botas actuales, es bueno poder abandonar este aire mefitico y sumergirse en el mundo de la música y para ello basta un paseo por las cercanías de la Opera de Viena y descubrir las estelas con nombre y firma conmemorativas de los músicos que deleitaron al imperio Austro Húngaro y aun antes embrujaron a una Corte en que brillaba y resonaba la música. Son La milla de la músicaestelas en el suelo que se prolongan también en la contigua estación de Metro de Karltor, literalmente la puerta de Carlos. Sin embargo todo empezó en la Ciudad Episcopal de Salzsburgo, desde allí un niño prodigio asombro a los nobles de Europa, con una vida muy difícil, perseguido por las deudas y padeciendo mil tribulaciones y que incluso a su muerte termina en una fosa común recubierto por cal viva,un trágico destino de injusticia e ingratitud histórica que recuerda el destino trágico de Simón Bolívar. Hoy Wolfang Amadeus Mozart se erige como un gigante en su Austria natal y se escudriñan las partituras buscando nuevas composiciones del Maestro de Maestros.Sus óperas son repertorio de todas las teatros de Operas del mundo y en Madrid se representa estos días en el Teatro Real La flauta mágica.La Plaza de la Opera de Viena lleva el nombre de Von Karayan, a la que las inefables Carmena y Colau quitarían el nombre por sus coqueteos con el nazismo, como se ha hecho en Cádiz con José Maria Peman. Porque no pueden convivir después de muertos mi amigo Rafael Alberti con José Maria Peman a quien por cierto tuve el gusto de entrevistar. Nuestro país es cainita y bastante analfabeto con los valores del espiritu. En esta milla de la música vienesa resuenan Smetana, Dvorak, la poderosa batuta de Karl Boehm y los grandes compositores y músicos bavaros como Gustav Mahler y Richard Strauss a la cabeza,dos músicos totales con Sinfonías de los Alpes y de los Mil y una orquestacion sublime y para muy iniciados en la música y todo ello sin hablar de la prodigiosa familia Strauss la de las polkas y los valses,del famoso Concierto de la Musikverein de Año Nuevo ni de la Sinfónica de Viena con su baile de las debutantes. Madrid ha dedicado su milla a las pinacotecas Viena lo hace a la gran música ese patrimonio intangible de la humanidad que necesita para su disfrute grandes orquestas hombres y mujeres disciplinados que se ponen a disposición de un Maestro y producen maravilosos sonidos. Mucho trabajo y luego surge la inspiración. Como en seis personajes en busca de autor del siciliano Pirandello nuestro país en política está en búsqueda de directores de orquesta de líderes, de estadistas de cuerpo entero y no los encuentra. Honremos a Cervantes en este año de gracia de 2016 y olvidémonos de estos arrebatacapas y politicos sin escrupulos vendepatrias que nos atormentan y aburren con sus lemas y slogans vacíos y nos prometen las quimeras del oro y el moro a costa de incrementar el gasto público a base de insoportables subidas de impuestos y destrucción de puestos de trabajo. Lo malo es que ellos los que aspiran a medrar como sea no se olvidan de nosotros y nos quieren hacer la pascua, eso sí en versión helénica.

Joaquin Antuña desde la musical Viena.
Antuña, Joaquín
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