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Carta al Ministro de Salud de Argentina

viernes, 25 de diciembre de 2015
Sr. Jorge Daniel Lemus, MINISTRO DE SALUD DE LA NACIÓN ARGENTINA

Muy estimado ministro:

Antes de nada le pido tenga a bien disculparme por escribirle haciendo uso de los medios de prensa. Considero que es un tema demasiado importante para dejarlo en el ámbito privado de la epístola. Siendo usted el responsable de la Salud en el reciente nuevo gobierno argentino, corresponde que le haga llegar un ruego o petición con respecto al futuro del Centro Gallego de Buenos Aires.

Supongo que está convenientemente informado del actual momento de crisis institucional en la histórica entidad gallega. El Centro Gallego es el fogón porteño donde los emigrantes encontraron cobijo a largas noches de tormenta. El Centro Gallego fue un activo emanador de identidad. Allí se mantuvo viva nuestra cultura propia. En la esquina de Belgrano y Pasco recibió consuelo a sus muchos dolores nuestro inmenso héroe cívico Alfonso Rodríguez Castelao.

En el edificio social se unen en armonía las dos secciones de actividad, cultura y salud, siguiendo los principios de solidaridad que inspiraron a los fundadores. Durante un siglo de vida, sin interrupción, fue cumpliendo con su labor. Pero llegamos al presente en el que, por primera vez en su historia, está intervenido judicialmente. Sucesivos errores de gestión llevaron a nuestro gran navío al borde del hundimiento. Si sigue abierto, hay que reconocerlo, es gracias a una ayuda estatal concedida por el INAES ya que, lamentablemente, son insuficientes los ingresos para hacerlo funcionar con normalidad.

Me consta que los socios están muy preocupados por el futuro. Se realizaron varias reuniones. Se intentó buscar soluciones que hagan viable el mantenimiento de la mutualista. Soy optimista pero no es conveniente engañarse cuando está en juego la vida de la más importante entidad gallega del mundo emigrante. No parece viable el poderse mantener con los pocos socios que pagan su cuota (8.000) y el exceso de empleados (1.500) y la escasa posibilidad de incremento del número de afiliados. Las cuentan no salen. Hay más gastos que ingresos.

La fundación del Centro Gallego se hizo pensando en Galicia y en los descendientes. Era necesario, al estar lejos de la matria, tener un hogar donde curar las heridas espirituales y físicas. El gran esfuerzo realizado por los fundadores y continuadores logró fructificar en un gran patrimonio edilicio y cultural (la pinacoteca de artistas gallegos es muy valiosa) que hoy es propiedad de los ciudadanos argentinos. Lo que quiero decir es que no se sudó durante un siglo para entregarle el patrimonio a una empresa privada de servicios médicos.

Nuestros nobles emigrantes encontraron en Buenos Aires la felicidad. Vivían en un espacio abierto al futuro. Su trabajo era intenso y sostenido. Había que dejarle algo a los hijos y nietos. El Centro Gallego es el mejor ejemplo de la generosidad emigrante. Usted entiende perfectamente mis palabras al ser un hijo de la emigración. En su caso concreto, coinciden sus raíces con las mías, ambos venimos de Vimianzo. Su familia es de una parroquia, Santiago de Cereixo, que posee una joya extraordinaria del románico en la iglesia parroquial.

Las vueltas de la vida. Usted se preguntará que hace un gallego de la aldea vimiancesa de Tines, criado en Montevideo, escribiéndole una carta desde Santiago de Compostela al ministro argentino de Salud. Creo que simplemente me aprovecho del legado de los emigrantes rioplatenses que nos une en hermandad. Lo resumió muy bien el poeta de sangre itálica Víctor Luis Molinari al decir que “la emigración gallega es un mundo sin límites”. Sin movernos, estamos acá y allá, es la esencia de la emoción emigrante.

Le mencioné la joya de Cereixo. Me refiero al tímpano esculpido en el siglo XIII que está en la puerta sur de la iglesia. Es la primera representación que se hace en el mundo de la “traslatio” del Apóstol Santiago. En la iglesia en que se bautizaron a sus ancestros se representa el traslado en barca del cuerpo de Santiago a Galicia. Me ofrezco a acompañarlo cuando venga por la parroquia. Iremos con el prof. Lema Suárez, especialista en Historia del Arte que además de vimiancés de Bamiro es buen conocedor de la diáspora porteña. Puede usted traer su caballete de pintura ya que tengo entendido le gusta pintar al aire libre. Venga preparado porque el exceso de belleza paisajística, le sorprenderá.

Si me animo a escribirle es porque tengo la certeza de que se detendrá a leerlas al ser motivo de interés personal e institucional. Después de mi breve introducción, es preciso que le presente mi petición. Se trata de que el gobierno nacional argentino proceda a la nacionalización o estatización del hospital del Centro Gallego de Buenos Aires. Le ruego que estudie el tema en profundidad. Siendo médico y director de hospital tiene amplia experiencia en el campo de la asistencia sanitaria mediante sociedades mutualistas. Espero llegue a la conclusión de que es la mejor salida a la crisis actual. En mi opinión, es lo más justo. Una privatización sería un fraude al entregar a la iniciativa privada un patrimonio de carácter social. Los emigrantes fueron los albañiles que con tesón hicieron un nido para dejárselo en herencia a los descendientes nacidos en la orilla sur del Río de la Plata.

Me despido. Reciba usted mi saludo de cordialidad entre paisanos y mis deseos de que tenga mucho éxito en su labor al frente de un ministerio que es pieza básica en el mantenimiento de la salud y el bienestar en tierras de la querida República Argentina.
Suárez Suárez, Manuel
Suárez Suárez, Manuel


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