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Política de gasolinera

lunes, 16 de noviembre de 2015
Clásicamente siempre se dijo que en España los grandes asuntos y los grandes pactos se resolvían en los restaurantes, en torno a una buena mesa. Desde los inicios de la transición democrática hasta los albores del siglo XXI, ésta parecía ser la práctica habitual entre la clase política lugareña. Sin embargo, en los últimos años parece haberse implantado como práctica habitual, tanto en lo físico como en lo teórico, la política de gasolinera.

La tradición la había iniciado hace unos años el nunca suficientemente ponderado don José Blanco, “Pepiño”, ex ministro de Fomento, tras aquel encuentro en la gasolinera de Guitiriz con el empresario don Jorge Dorribo, un icono del éxito empresarial para los lucenses, por motivos nunca suficientemente aclarados por parte del político socialista. Hace unos días, otro socialista, Manuel Martínez, diputado díscolo del grupo socialista y alcalde de Becerreá, confirmaba el apego que los socialistas lucenses sienten por las gasolineras al reunirse en la del Corgo, con doña Elena Candia, presidenta del grupo popular en la citada Diputación, confirmando así que la moda de las gasolineras como lugar de encuentro, además de en el Partido Socialista, se ha extendido a otros grupos políticos.

Casi simultáneamente y en el otro extremo del país un parlamento autonómico, el catalán, y aunque sólo sea en sentido figurado, se ha convertido también en una verdadera gasolinera, con una cierta vocación de polvorín, en el que los representantes populares, lejos de centrar sus esfuerzos en resolver los problemas cotidianos de sus representados, han preferido olvidarse de éstos para dedicarse al peligroso divertimento de jugar con fuego, algo sumamente peligroso cuando se está en contacto con un material tan inflamable como son determinados ideales.

Es por ello que, llegados a este punto, sería más que conveniente para nuestra clase política sosegarse, reflexionar sobre el camino emprendido y el incierto destino al que nos conduce y abandonar la inflamable política de gasolinera para volver al sosiego y la cordura de la mesa y el mantel. España y los españoles, sin duda, se lo agradecerán.
Durán Mariño, José Luís
Durán Mariño, José Luís


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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