La curiosidad

‎La memoria es un registro de informacion, pero el cerebro es promiscuo. Ese enlace entre diversas conexiones, es un volcán en estado latente, se recupera la memoria de los hábitos adquiridos. El acceso es la dificultad. Siempre queda la huella. El cerebro humano suple con imaginación la falta de informacion. Las neuronas jóvenes son muy potentes y quedan registradas de forma consistente. La memoria se deteriora como proceso y hay que suplirla con herramientas con agendas etc.

La inteligencia es variable y depende del criterio del observador, la analítica y la practica. Metáforas para entender la neurociencia. Los genes se desarrollan como las recetas de cocina, no salen siempre igual, el resultado es diferente.

Entresaco estas ideas de una charla radiofónica sobre La fábrica de las ilusiones el libro de Ignacio Núñez Morgades que es de obligada lectura para quienes se interroguen sobre el cerebro, su funcionamiento y sus peculiaridades.

El Club de Roma en sus informes sobre lo divino y lo humano cifraba en el cerebro uno de los grandes retos de la humanidad. Descubrir la otra parte del cerebro, la desconocida, es como estudiar la faz oculta de la luna y de los ignotos planetas. La educación preescolar tan de moda hoy día trata de iluminar desde los 0 a los 6 años e incluso entre 0 y 3 las mentes de los niños. Para los pesimistas se trata de lavado del cerebro; para los optimistas abrir la llave del conocimiento.

Suscitar la curiosidad del niño en su descubrimiento del mundo que le rodea es la fascinante tarea de los educadores y de las familias. El Papa Benedicto XV recomendaba a los fieles "la santa curiosidad", el cardenal Ratzinger este alemán poliglota, filosofo y musicalmente dotado incitaba a hacerse preguntas, a buscar y rebuscar.

En los exámenes universitarios debe evaluarse la curiosidad. El Google es de obligada consulta, pues sustituye a las clásicas enciclopedias. El estudiante debe consultar e interrogarse sobre todo lo que no conozca, nombres, datos, fechas y el arte del educador consiste en despertar la curiosidad, darle alas, ejercitarla de modo crítico para que no nos den gato por liebre.

En épocas de crisis la curiosidad sirve como acicate para nadar y guardar la ropa. La palabra "no sé" debe desterrarse por enseguida, cuanto antes, "lo sé". Haganse concursos de curiosidad colectiva para desterrar el fanatismo y la estupidez. Utilicemos esta fabulosa herramienta que tenemos para desterrar las malas prácticas y desempolvar fantasmas.

Seamos curiosos; encontremos nuevas formas de convivencia, desterremos la violencia.

(Joaquin Antuña es Presidente de Paz y Cooperación).