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El divorcio por abuso emocional

lunes, 08 de junio de 2015
El abuso emocional es un tipo de violencia que está dirigido a la dominación y control de otra persona, tratando de herirla y simultáneamente incrementar el poder sobre esta. El abuso emocional no tiene porqué producirse solamente en la relación entre el hombre y la mujer, sino que también puede producirse en la situación inversa e incluso sobre los hijos.

Este fenómeno puede ser realizado mediante la emisión de mensajes, gestos, actitudes, palabras que tratan de deteriorar la imagen y producir un desvalor en la autoestima de la persona que la sufre.

Con frecuencia, se denomina a la misma como violencia invisible, ya que no es observada desde el exterior, no deja huellas físicas en muchos casos y tampoco es percibida por la propia víctima, llegando a ser los efectos mucho más profundos y duraderos que la violencia física, tal como se explica más ampliamente en este artículos de AbogadosZaragoza, la cual por el contrario si que suele dejar vestigios más perceptibles y sirve con frecuencia como fundamento para denegar la custodia compartida de los hijos.

El abuso emocional forma parte del contexto diario de algunas parejas, ya sean estas matrimoniales o no, manifestándose a través de un patrón reiterado de conductas que pueden producir en la persona que lo sufre, daños irreversibles.

¿CÓMO SE MANIFIESTA?

Como ya hemos comentado anteriormente, este tipo de violencia puede ser sufrido tanto por un hombre como por una mujer, sin embargo, es en estas últimas donde se manifiesta en un mayor número de casos, produciendo situaciones insufribles que acaban en el divorcio de la pareja, fundamentalmente, por las críticas, insultos, vejaciones o actos en los que se ridiculiza en presencia de terceros a uno de los cónyuges.

El abusador intenta provocar que el otro vea disminuida sensiblemente su propia autoestima.

Con frecuencia, manipula las situaciones, bien a través del silencio o con expresiones vejatorias o amenazantes, no reconoce las cualidades de su cónyuge e intenta intimidarle, bien sea con gestos o con palabras.

Casi siempre, aísla a la víctima intentando que no tenga contacto con familiares y amigos e tratando de conseguir que esta haga aquello que él desea.

En la mayoría de las situaciones, el comportamiento del abusador será completamente diferente cuando actúa en público que en privado y aunque se pueda pensar que en ocasiones da síntomas de querer superar la situación, poco tiempo después volverá a reiterar con expresiones o actitudes, su conducta inicial.

Las situaciones tensas que se generen incrementarán la angustia y tristeza de la persona que sufre el abuso hasta llegar a pensar que ha perdido el control de su vida, sintiéndose culpable de todo lo que sucede y no sabiendo cómo encontrar la solución a la salida del círculo vicioso en el que se encuentra inmersa.

En estos casos, se habrá establecido con carácter permanente una ecuación completa entre la víctima y el verdugo, en la cual el segundo se impondrá siempre y someterá a la otra parte.

¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN?

No hay que olvidar que el abuso emocional implica un cierto tipo de violencia, por lo que puede afectar directamente sobre algunas de las consecuencias del divorcio, como pueden ser las visitas de los hijos, como así afirman los expertos de AbogadosZaragoza. Cuando todo este contexto se da dentro de una relación matrimonial, que en muchos casos no es reconocida por la víctima, la misma se encontrará insegura e incapaz de resolver su propia situación, debiendo buscar siempre la ayuda de profesionales.

Hablar con la familia o con algún amigo no suele servir de solución, por lo cual, la perjudicada deberá hacer un acopio absoluto de toda su fuerza de voluntad para salir del circulo vicioso en el que se encuentra, solicitando la ayuda de terceros o de instituciones especializadas que le puedan facilitar la toma de la decisión, que en la mayoría de los casos será el divorcio.

Este proceso será largo e inseguro y lleno de zozobra. No obstante, una vez tomada la decisión del divorcio, la ejecución de abandonar el domicilio conyugal no debe ser comunicada al abusador, ya que este siempre tratará de retener a la víctima.
Debe ser ejecutada con rapidez y sin marcha atrás y solicitarse el auxilio de aquellas instituciones sociales de ayuda a la mujer que existe en la mayoría de las ciudades españolas.
A&A Abogados
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Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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