Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

Verborrea electoral

jueves, 21 de mayo de 2015
Llevamos 12 días de campaña y los ciudadanos ya hemos oído de todo lo imaginable por parte de los distintos candidatos, desde certezas irrefutables hasta promesas cuasi imposibles. A nivel local hemos visto como aquellos que se definen a si mismos como “caciques de proximidade” se presentan ahora tan orgullosos de su gestión pasada al frente del gobierno local como imprescindibles para garantizar el buen funcionamiento de los servicios municipales en el futuro próximo, al igual que a eternos aspirantes a dirigir el concello vendiéndonos como garantía la fidelidad a la palabra dada, una palabra que, por otra parte, carece de cualquier contenido según se exprese en Lugo o en el parlamento compostelano; mientras que otras nuevas ofertas electorales todavía no han acabado de definirse con una mínima claridad de cuales son sus programas y sus objetivos para gobernar el municipio.

Es de sobra conocido que las sociedades modernas han venido organizándose a lo largo de la historia y han ido prosperando fundamentalmente gracias a la especialización en el trabajo, de tal forma que la especialización individual y colectiva en la producción de un determinado producto mejora la eficiencia y la rentabilidad de la producción y, consecuentemente, el enriquecimiento de quienes de dedican a realizar dicha actividad.

Por el contrario, la clase política, hasta donde podemos saber, no produce nada concreto, ni de forma individual ni en su conjunto, sino que viven dedicados a plena jornada a vender humo, generalmente edulcorado con grandes dosis de ilusiones y falsas expectativas y esto incluso en las sociedades más democráticas y transparentes, todo ello gracias a un discurso demagógico de lo más vulgar, que no hace otra cosa que convertir en incomprensible y tedioso lo que debería resultar diáfano para cualquier ciudadano adulto. Por el contrario, en esta democracia fascistoide que se ha implantado en el ruedo ibérico, el gremio político no sólo es absolutamente improductivo sino que, y esto es lo peor, se ha acostumbrado, en gran parte como consecuencia de la permisividad y el pasotismo de los propios ciudadanos, a dirigir los destinos colectivos de una forma totalmente autocrática y en la mayoría de los casos ruinosa para los intereses generales, lo cual se ha visto favorecido desde los primeros años de la transición por el status de impunidad del que se han dotado, gracias a una legislación privativa y privilegiada para sus propios intereses y absolutamente asimétrica con el resto de la población.

Sin embargo, tenemos a la vista una jornada electoral y quizás sea ese el único y verdadero talón de Aquiles de las mafias que se pelean por repartirse el poder político. Ese día y aunque sea por una sola vez durante cada legislatura, los ciudadanos tendremos todo el poder político en nuestras manos y con él la capacidad real para poder castigar de una forma ejemplarizante a quienes nos han mentido, engañado, robado, malversado nuestros impuestos, etc. o, dicho de otra forma, a quienes han defraudado la confianza depositada en ellos en convocatorias pasadas. De que lo hagamos o no dependerá en gran parte la salud y el futuro de nuestra Democracia.
Durán Mariño, José Luís
Durán Mariño, José Luís


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES