Las mujeres y el Centro Gallego de Buenos Aires

Un dicho nos recuerda frecuentemente que en el fracaso de aquellos objetivos que nos cuentan como protagonistas “la derrota no tiene padres”. En cambio, si los resultados son satisfactorios, muchos salen a disputarse los honores con un elevado nivel de inmodestia, aun cuando se trate de personajes irrelevantes.
Quienes frecuentamos el Centro Gallego de Buenos Aires debemos admitir que la Institución ha cambiado y que aún con insuficiencias, ha recuperado buena parte de su funcionamiento pre-crisis.

Ante esta realidad vale la pena establecer quien o quienes dieron comienzo, casi en silencio, esta etapa de la historia. Lo peculiar de los hechos es que decidieron recorrer caminos que, para quienes en esos momentos conducían el Centro, parecían inalcanzables. La realidad es que un pequeño grupo de mujeres sin más respaldo que el afán de superar una situación cuya gravedad se ampliaba cada día, resolvieron acudir, sin más preámbulos ni gestores oficiosos, a quien ejercía y ejerce las más altas responsabilidades de la República Argentina.

El 23 de enero de 2012 en el marco de una reseña más amplia explicaban a la Presidenta de la República… “Estamos escribiendo desde la mesa de un bar, mientras el sonido de los bombos que retumban en la esquina de la Avenida Belgrano y Pasco y por momentos en el mismo sanatorio, van dando cuenta de un reclamo por el pago de salarios atrasados (diciembre 2011) y al mismo tiempo de lo que para muchos, no para nosotras, es un crisis terminal”

La respuesta les llegara el 3 de febrero de 2012, con la firma de Mariana Larroque, Directora de Documentación Presidencial señalando: “Tengo el agrado de dirigirme a Ustedes con referencia a la carta enviada a la Sra. Presidenta de la Nación (...) Cumplo en informarles que la misma ha sido derivada para su consideración al Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social”

Y lo expuesto tiene fechas concretas. El día 13 de marzo de 2012 a las 16 hs, la Dra. Inés Zanoni recibe, por indicación del Ministro de Trabajo Dr. Carlos Tomada a estas cuatro voluntarias que llevaron el “problema del Centro Gallego” a la consideración de las más altas esferas oficiales.

De ahí en más las relaciones tienden a intensificarse con los resultados conocidos y en nuestro caso sus precursoras casi no han abandonado el anonimato.

Los demás, los “salvadores oficiosos” y los “influyentes de ocasión”, están totalmente al margen de la realidad.

(Xoaquín Montes – corresponsal. Con motivo del Dia Internacional de la Mujer).