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El crepúsculo del PSOE

sábado, 21 de febrero de 2015
Antes de la muerte del Dictador, en la clandestinidad, no conocí a nadie del PSOE. Me movía más bien en círculos del PCG, donde tenía muchos amigos; e incluso de la UPG, partido con el que enfatizaba más porque hablaban el mismo idioma que mis noches de radio. Es verdad que llegué a colaborar con algunos dirigentes, pero eso se acabó cuando los “coroneles” rompieron la unidad expulsando a mi querido amigo Xosé Luís Méndez Ferrín, al que siempre admiré por su honestidad, por sus conocimientos y por su arte literario.

También, por aquel entonces, conocí a gente de la LCR y del MCR; a algún ácrata y a mucho indiferente, lo eran la mayoría de los jóvenes de la época.

Antes de la muerte de Franco, el PSOE, en aquel Vigo de mis luchas, cuando menos parecía no existir.

El primer socialista que conocí fue un viejo amigo de Ourense y del bachillerato: Manuel Soto Ferreiro. Lo encontré en la Ribeira del Berbés una mañana de 1975 cuando Franco balbucía sus últimas palabras…

– Xa me votarás unha man na Radio…

– ¿E logo que fas?

– Estou organizando o PSOE en Vigo.

El “Compañeiro” Soto fue un líder del socialismo no solo en la ciudad más grande de Galicia sino a nivel nacional y estatal. Felipe González le tenía mucha estima, según me dijo un día en Moncloa, y pasará a la historia por ser el primer alcalde vigués del PSOE y también el primer socialista defenestrado por las luchas internas.

Le acusaron de todo hasta que le cansaron y decidió abandonar, con lo que la izquierda moderada gallega perdió a su principal líder en el sur, mientras en A Coruña Paco Vázquez le caía bien hasta al propio Fraga, que se estaba pensando ya aquello de liderar al PP en “la Baviera española”.

Tomó el poder mi muy estimado Carlos Príncipe, heredero de Soto por lo que se refiere a la alcaldía y exlíder de aquella LCR que mayormente se había integrado en el PSOE, de su mano. También lo defenestraron y se quedó en un mero comentarista de televisión para dar caña a sus ex compañeros. Aún hoy anda con recursos porque no está de acuerdo con su expulsión.

Y ahora parece que le están haciendo la cama a Abel Caballero, el actual alcalde y líder socialista de Vigo, para que se vaya una vez que pierda las elecciones, deseo que me han manifestado algunos de los que él cree son sus compañeros de viaje.

Estas que te cuento son páginas escritas en la política de una sola ciudad, pero en las siete agrupaciones más significativas del PSOE pasó más o menos lo mismo.

En Galicia, entre los socialistas, parecen abundar las navajas e incluso las guadañas. Porque si te fijas bien en como acabaron los ex presidentes de la Xunta comprobarás que a Fernando González Laxe le clavó aquel Antolín de Betanzos una puñalada por la espalda y a Emilio Pérez Touriño la guadaña de Pachi Vázquez le cortó los pies para que no volviera a caminar por los senderos de la política autonómica.

Sí, a Pachi Vázquez aún le hacían la pelota en este su partido.

Ahora, tras su imputación por supuestas irregularidades en la contratación de personal para el ayuntamiento de Carballiño, siendo alcalde de aquel municipio, todos le dan la espalda y él solito se enfrenta al TSXG, en donde ha de demostrar su inocencia, de la que presume a diestro y siniestro.

Puñaladas traperas y siegas también las hubo y aún las hay –ahora que estamos inmersos en varios procesos electorales- en las pequeñas agrupaciones municipales, donde rodaron muchas cabezas en 35 años de Democracia.

Pero, por lo menos en Galicia, los ambiciosos, esos que dijeron a sus líderes “quítate tú que aquí estoy yo”, fueron más discretos y pocos han sido los casos que subieron los decibelios de las radios y las teles… o tiñeron de rojo sangre las letras de los periódicos. Aunque esto ya importe poco en un partido político que está perdiendo su norte.

– ¿Te extrañó que Pedro Sánchez cesase a Tomás Gómez?

– En absoluto. Cuando un partido pierde su identidad la lucha por el poder llega a ser fraternal y para nada importa eso que llaman democracia interna.

Teniendo en cuenta que el fundador, Pablo Iglesias, era gallego, no se explica muy bien la escasa importancia que tuvo este partido entre los clandestinos de Galicia durante el franquismo, referente de la izquierda española en la Transición.

Sí se explican, sin embargo, tantas luchas internas. Son producto de que la mayor parte de sus dirigentes llegaron a él buscando una salida profesional y no respondiendo a una llamada vocacional.

Esta gran formación está mirando impasible como anochece y la negra sombra vuelve a cubrir su futuro. Ayer le he preguntado a mi gente de la partida de dominó quien mandaba ahora en el PSdeG-PSOE y hubo alguien que me contestó con rotundidad:

- Naide. Esa é unha casa de tolos.

Esto me hace pensar que ya está volando la navaja que se clavará en la espalda del tal Besteiro…

Un apunte final: lo de PSdeG que antecede a PSOE fue un robo en toda regla. Existía el PSG, Partido Socialista de Galicia, que comandaba un gran líder y la mejor persona que yo conocí en la política gallega: Camilo Nogueira… Otro al que asestaron un “guadañazo”. Fue el clan de Allariz de la UPG versus BNG.

Pero ya se sabe que el Arnoia… se lleva todo.
Rodríguez, Xerardo
Rodríguez, Xerardo


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