El degüello, arma de guerra del Estado Islámico

El autoproclamado Estado Islamíco (EI), que controla un vasto territorio en Siria y en Irak, dio un paso más en su ofensiva del horror: difundió un vídeo por Internet en el que se quema vivo a un piloto de caza jordano encerrado en una jaula. Entre risotadas, el grupo terrorista declara haberlo ejecutado en represalia por la participación de Jordania en la coalición internacional liderada por Estados Unidos para hacer frente a la insurgencia islámica. Este homicidio del militar jordanoMoaz al Kasasbeh, de 26 años, que había sido perpetrado en diciembre n Siria y fue revelado ahora como acto de propaganda bárbara, forma parte de la escalada yihadista de crueldad y ensañamiento en su aberrante "guerra santa".

La respuesta fue inmediata; el rey Abdalá II de Jordania y su Gobierno ordenaron ahorcar a dos rehenes; Sayida al Rishawi, que cumplía condena desde hace diez años por un ataque cometido en un hotel de Ammán y a Ziad al Karburi, también en el corredor de la muerte en las cárceles del país por pertenencia a banda terrorista.

Después, aviones militares jordanos reanudaron las operaciones contra el EI suspendidas el pasado 25 de diciembre. "La respuesta de Jordania será severa", declaró el rey Abdalá II, apuntando a una mayor implicación jordana. La guerra se recrudece.La espiral de violencia contra violencia no parece tener fin en esta turbulenta parte del Próximo Oriente.

PARAFERNALIA PARA AMEDRENTAR

El salvajismo del Estado Islámico había quedado patentemente demostrado en toda una serie de actos sanguinarios que repugna enumerar, como la decapitación del reportero estadounidense James Foley que tuvo la triste suerte de ser el primero el pasado mes de agosto. Después vinieron las del periodista norteamericano Steven Sotoff, los cooperantes David Haines y Alan Hening, ambos británicos, el norteamericano Peter Kassig, y el periodista japonés, Kenji Goto. Una lista macabra.

Siempre la misma parafernalia para atemorizar: los asesinos yihadistas muestran en vídeos a los que van a ser degollados vestidos de sayones naranja y justifican lo injustificable con palabrería fanática que sólo convence a sus afines. Las redes sociales occidentales tratan de no reproducir estas imágenes y mensajes para que no cunda la inquietud, pero con Internet fue como ponerle puertas al campo.

El Estado Islámico ha matado a sangre fría de esta forma tan solo a seis personas, demasiadas desde luego, pero los medios de comunicación de masas al dar cuenta de ello tienen un efecto multiplicador innegable y parece como si fueran legión. El rosario de crímenes está destinado a sembrar el pánico.
Con capital en Racca e importante centro petrolero en Mossul, los mapas ya representan en sobreimpresión entre Siria e Irak al Estado Islámico, también llamado "Califato de todos los musulmanes" con el lenguaje hiperbólico acostumbrado. Está dirigido por radicales seguidores de Abu Bakr al-Baghdadi y reclama la autoridad musulmana sobre todos los fieles. Para conseguir esta utopía perversa ha puesto la región a sangre y fuego desde 2003 y es responsable de miles de muertes en una matanza que hace historia: en 2014 asesinó a 9.400 civiles, hay 1,8 millones de desplazados en el área.

UN ENFRENTAMIENTO ARMADO DURADERO

Recordemos para una mejor comprensión a ojos occidentales: en agosto de 2014, a petición de Irak, el presidente Barack Obama decidió intervenir en la guerra de Irak al frente de una gran coalición de países contra el Estado Islámico con el objetivo expreso de defender las minorías cristianas y resguardar las instalaciones militares estadounidenses en el país. Única condición que había prometido y que ha cumplido: no hacerlo por tierra sino solo con ataques aéreos.

Pero ahora, la contienda vestá resultando más larga de lo esperado, los bombardeos contra el territorio dominado por el Estado Islámico no dan resultado concluyente y la guerra se estanca ya que los yihadistas sólo han perdido al día de hoy, según las agencias de noticias, un uno por cien de terreno en Irak y la ciudad clave de Kobano en Siria. Será un enfrentamiento duradero, podría rebasar los primeros cálculos del Pentágono (Departamento de Defensa) que lo estima entre 3 y 5 años.

Muy alejada del conflicto, España también toma medidas preventivas para que no le alcance la ola de yihadismo actual, que ya la golpeó el 11 de marzo de 2004 en los atentados con mochilas bomba colocadas en cuatro trenes en la estación de Atocha de Madrid, que causaron la muerte de 192 personas y heridas a 1858 más. Las dos principales formaciones, el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), han sellado un pacto de Estado antiyihadismo por la amenaza que supone, conscientes a su pesar de que España se ha convertido en uno de los centros financieros de la Yihad, según aseguran los periódicos.

Por lo descrito más arriba, el degüello de civiles para infundir miedo se ha convertido en un arma habitual y cruel del Estado Islámico. Pero "la crueldad es la fuerza de los cobardes", reza un conocido proverbio árabe.