Siete de la mañana. Suena el despertador, lo apagas, te levantas y te lamentas porque tienes que llevar a tus hijos al colegio. Tu trabajo no te gusta y después de una jornada laboral que consideras infernal tienes que volver a por tus hijos a la escuela. Esta situación es la que viven miles de personas diariamente. Sin embargo, no se han parado a pensar lo afortunados que son de poder llevar cada día a sus hijos al colegio y de tener medios de transporte para hacerlo: autobús, metro o coche.
Camino a la escuela es una película de Pascal Plisson que cuenta con el patrocinio de la Unesco. El documental pone de manifiesto todas las adversidades y dificultades que tienen que sortear cuatro niños para poder llegar a la escuela en Kenia, Marruecos, Argentina y la India.
Cuatro niños, cuatro historias reales que te harán reflexionar sobre los valores, lo afortunados que somos y la definición de solidaridad, el compañerismo, la sensibilidad, la empatía y que si quieres puedes. Solamente tienen un fin: ir a la escuela y llegar como sea. Porque estos niños tienen un objetivo: aprender para conseguir un futuro mejor.
1. Jackson, de Kenia, con tan solo 10 años camina 15 kilómetros diarios para poder llegar a su escuela. Tarda dos horas. Jackson cuida de su hermana pequeña, la protege cuando cruzan la sabana y aprenden cada día a sortear mil dificultades, como por ejemplo huir de los elefantes y las jirafas. La protección, la ternura y la madurez que demuestra Jackson con su hermana para que no le suceda nada malo impresiona si tenemos en cuenta su edad.
2. Samuel de 11 años y nacido en la India tiene su escuela a cuatro kilómetros y tarda en llegar más de una hora. Sus dos hermanos son los encargados de llevarle a la escuela cada día empujando su silla de ruedas rudimentaria compuesta por una silla de plástico y dos ruedas. Las múltiples dificultades del terreno provocan que éstas se salgan de su sitio o se pinchen, ya que sus hermanos apenas tienen fuerza para sortear los múltiples obstáculos. Los compañeros de Samuel lo reciben cada día con muchísima alegría cuando lo ven aparecer en compañía de sus hermanos.
3. Zahira tiene 12 años. Es de Marruecos y atraviesa montañas caminando a lo largo de 22 kilómetros y tarda aproximadamente unas cuatro horas.
4. Carlitos es de Argentina. A sus 11 años recorre 18 kilómetros a caballo durante una hora y media en compañía de su hermana.
Estos niños pasan miedo a lo largo del camino para llegar a sus respectivas escuelas, pero tienen un deseo: aprender. Cuentan con el apoyo incondicional de sus familias para que luchen por ser alguien en la vida y que nunca dejen los estudios. Su valentía, sus ganas de superarse y su compañerismo hacen de esta película un documental increíble donde te das cuenta de la falta de valores que hay en los países desarrollados porque tenemos demasiado de todo y no valoramos las pequeñas cosas, como un gesto o una sonrisa. Sonrisa que estos niños nunca pierden. Ni siquiera cuando están cansados de caminar durante horas o de ir a caballo atravesando riachuelos y mil obstáculos más para poder llegar a clase. La hermana de Carlitos sueña con llevar un día las riendas de ese caballo porque siente que éstas serán las mismas que la guiarán a lo largo de su vida. Todos comparten un sueño común cuando sean grandes: estudiar para alcanzar un futuro mejor. Lo que desconocen estos niños es que no hace falta que sean grandes para serlo porque ya lo son. Y mucho. Son un ejemplo que reafirma el dicho de: Querer es poder.
