Lidl

Sábado, 18 de marzo, 17:29 h. Visito Lidl-Lugo, en la Avda. de A Coruña, llamado por un folleto publicitario de la casa. No encuentro nada de lo que busco, por lo que -teniendo en cuenta la natural compulsión compradora- adquiero cinco productos como colaboración a la Caja de la empresa.

Al llegar a Caja, alucino. La cajera proclama casi a voz en grito: Señor (encargado)… ¡Venga a anularme un cargo!. ¡Que la señora no tiene bastante dinero para la compra!.

La buena mujer, acompañada de una niña, no sabía hacia donde mirar. Desde luego no hacia los que estábamos en la cola de Caja.

La avispada cajeta totaliza mi compra en 5,21. Y se me ocurre entregarle una tarjeta Visa para que cobrara. También a voz en grito: No se admiten compras de menos de 20 €.

¿La Visa?, pregunto inocente. ¡Claro, me responde la cajera en plan agresivo señalando una nota que se supone proclama esa orden interna de dudosa legalidad. Pago en metálico.

Finalmente se me ocurre pedir una bolsa, de esas que en Carrefour o Eroski te brindan a docenas. Me responde desdeñosa que están debajo de la cinta, que se cobran, y no sé que más.

O la cajera tiene una mala tarde, o el establecimiento es muy cutre. Lo cierto es que, por mi parte, non voy a volver por allí. ¡Me dan miedo!.