El Artículo 47 de la Constitución española dice que todos los españoles tienen derecho a una vivienda digna y adecuada, sin embargo es más que sabido que esto no se cumple. De hecho, no se hace nada para evitar los desahucios cuando familias con hijos, sin hijos o personas mayores han perdido su trabajo o les ha resultado imposible hacer frente a la hipoteca. Hipoteca que por cierto tienen que seguir pagando independientemente de que se hayan quedado sin casa y en la calle.
Si nos fijamos en la foto probablemente pensaríamos que se trata de una imagen del Tercer Mundo. De hecho, si la enseñáramos y preguntáramos a qué país creen que pertenece probablemente más de uno lo relacionaría con una favela. Sin embargo, esta chabola por llamarla de alguna manera, está situada en una calle próxima al estadio Santiago Bernabéu. Sí, en la capital de España.
Parece mentira que en pleno siglo XXI se vean escenas como estas, más propias de países tercermundistas. Eso sí, la dignidad no se mide por lo que tengas, sino por lo que seas. Y quien vive aquí lo demuestra. A más de uno le daría un ejemplo de valores porque da igual quién esté en el poder porque las desigualdades -por desgracia han existido siempre- y ni el PP ni el PSOE han evitado los desahucios ni tampoco han tratado de buscar alternativas para que muchas familias no acaben en la indigencia o suicidándose ante la desesperación.
¡Ah! Y para aquellos que dicen que emigrar es una experiencia me gustaría decir que la mayoría de los españoles que abandonan nuestro país lo hacen por obligación, no por devoción. Y que es duro dejar a tú familia, a tus amigos y tratar de no mirar hacia atrás para mirar hacia delante en busca de oportunidades que aquí no existen. Y mejor no mencionemos los sueldos -cada vez más vergonzosos-. Sueldos low cost inferiores a 650 euros salario mínimo interprofesional- con los que no se puede alquilar un piso o pagar una hipoteca, tampoco se puede llegar a final de mes, ni mantener una familia porque de momento no hacemos magia. Y mejor no menciono a los eternos becarios.
Licenciados con patéticos contratos, pero con horarios de ocho horas pagándoles auténticas miserias y encima parece que tienes que dar las gracias.
De todo esto solamente saco una conclusión: la dignidad está en los principios y en salir adelante aunque no tengas nada-. Más de uno debería aprender y dejar de dar ejemplos de moral, pero sí buscar soluciones efectivas para que todo esto deje de ocurrir. Porque la teoría ya nos la sabemos, ahora faltan los resultados: que disminuya el paro, que se eviten los desahucios, que aumente el salario mínimo interprofesional y que la gente no sienta un nudo en la garganta cuando llega el principio y el final de cada mes porque las cuentas no salen.
Y por último decir que no nos avergonzamos de ser españoles, nos avergonzamos de la incapacidad de nuestros dirigentes para encauzar nuestro país, porque queridos políticos, estamos cansados de sus discursos que se quedan en eso: discursos, palabras e ineficacia. Y porque si quieren ganar de nuevo la credibilidad de más de 46 millones de españoles depende de ustedes, no de nosotros. Ha llegado el momento de que TRABAJEN para que volvamos a confiar en USTEDES y para ello deberían empezar a demostrarlo, pero con hechos.
