Opinión en Galicia

Buscador


autor opinión

Editorial

Ver todos los editoriales »

Archivo

¡Viva Cataluña!

viernes, 07 de noviembre de 2014
¿Quiénes de Vds. no apostarían por vivir en un país avanzado, sin conflictividad laboral, con pleno empleo, sin desahucios ni preferentes, con una sanidad universal, gratuita y de primera calidad, sin listas de espera ni restricciones terapéuticas, en el que la educación fuese un instrumento al servicio de la sociedad, destinado a ilustrar en el conocimiento y la objetividad y a formar a los jóvenes en las mejores condiciones competitivas, ajena a los intentos proselitistas más propios de regímenes autoritarios que de verdaderas democracias; un país dónde el respeto por las libertades individuales y colectivas fuese la brújula que guíe a sus gobernantes o en el que la protección de los más desfavorecidos fuese una absoluta prioridad.

Un país en el que el autoritarismo, la xenofobia y la corrupción institucional fueran una simple anécdota y no costumbre, en el que la administración de Justicia tuviese la dignidad de poder hacer honor a su nombre y fuese respetada por todos. Un país, en fin, edificado sobre los firmes pilares del Derecho, la Justicia y la Solidaridad, en el que todos sus ciudadanos, ya fuesen administradores o administrados, dedicasen sus mayores esfuerzos a la procura del bien común? Difícilmente ninguno de nosotros se podría negar a formar parte de la ciudadanía de esa utopía democrática.

Pues bien, de los casi 47 millones de españoles, sólo unos pocos privilegiados pueden presumir de habitar en ese país de idílica utopía, llamado Cataluña. Los ciudadanos catalanes, ajenos a cualquier otra problemática, simplemente lo disfrutan y sus dirigentes, conscientes de la excelencia de tan atinada gestión política, ¡a los resultados nos remitimos!, dedican la totalidad de sus esfuerzos a tratar de solucionar el único problema real que padece esa sociedad, que no es otro que la ensoñación secesionista, sabedores de que todos los demás conflictos mundanos, propios de otros territorios ibéricos menos desarrollados que el paraíso catalán, han sido ya magistralmente resueltos por el gobierno de la Generalitat.

Y con esa hoja de ruta han enfilado la proa de su comunidad, y de paso, las ilusiones y ansiedades de multitud de sus ciudadanos, hacia el próximo 9N, en un pseudoproceso electoral que tiene más de esperpento que de ejercicio democrático, de caricatura trazada al capricho de unos particulares intereses mezquinos que de un sólido ejercicio de responsabilidad de gobierno. De tal forma que la nave nacionalista catalana navega hacia un horizonte electoral, el del 9 de Noviembre, sin tener la certeza de que la tierra es redonda y existe océano navegable más allá de esa latitud y exponiéndose a que, tras la cita, se encuentre en un abismo político en el que no existe capacidad de virar en redondo para reconducir la situación.

Todo ello no es más que la triste consecuencia de una casta política, la española, que, desacreditada y corrompida hasta el hartazgo, está tan sobrada de mesías iluminados como carente de dirigentes intachables con la suficiente templanza y capacidad de reflexión para discernir cuales son los verdaderos problemas que importan a los ciudadanos de los que son únicamente fruto de sus delirios personales y partidistas. El 9N es una buena muestra de ello y el día 10 la cruda realidad que se encontrará la sociedad catalana cuando se despierte del espejismo secesionista. Ese día muchos dirigentes catalanes, con el presidente Mas a la cabeza, tendrán que dar muchas explicaciones a sus ciudadanos y, mucho me temo, que necesitarán argumentos más sólidos y contundentes que el simple y tan socorrido “España nos roba”.
Durán Mariño, José Luís
Durán Mariño, José Luís


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


PUBLICIDAD
ACTUALIDAD GALICIADIGITAL
Blog de GaliciaDigital
PUBLICACIONES