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Escocia y Cataluña: La hora de la verdad

jueves, 18 de septiembre de 2014
Sístole y diástole, independencia o alianza, repliegue o expansión,
los países y las regiones están sometidas históricamente a movimientos y tensiones opuestas. Como Escocia y Cataluña, por ejemplo, cuyos problemas nacionalistas han alcanzado en el momento actual su clímax, su punto de mayor intensidad. Su hora de la verdad.

Escocia fue independiente hasta 1707, año en que decidió voluntariamente firmar el Acta de Unión con Inglaterra, ahora en entredicho. Cataluña no fue nunca independiente, las tropas del archiduque Carlos, de la Casa de Austria, fueron derrotadas en 1714 por los ejércitos de Felipe V, de la casa de Borbón poniendo fin al sitio de Barcelona, en la lejana Guerra de Sucesión, monarquía contra monarquía. La Diada, el 11 de septiembre, que acaba de celebrarse de forma multitudinaria y festiva conmemora curiosamente esta derrota de principios del siglo XVIII que el separatismo catalán ha convertido en fecha mítica, casi sagrada.

Ambos casos, escocés y catalán, los dos pacíficos, lo que les honra, han entrado en sendos momentos críticos y decisivos en este otoño de 2014, son distintos ydistantes, según la vieja fórmula. Solo se parecen en que responden al nacionalismo, un sentimiento difícil de manejar. Moderado, sirve para construir y afianzar la identidad de una nación; exacerbado, provoca enfrentamientos tenaces e irreconciliables. Hoy en día, hay además una diferencia mayor entre uno y otro caso nacionalista según acaba de subrayar el ministro principal de Escocia, Alex Salmond: la reivindicación escocesa está consensuada por todas las fuerzas políticas y es legal; la catalana, no.

El separatismo escocés, nacido en el siglo XIX, es un movimiento que se ha hecho fuerte en la segunda mitad del XX conducido por el Partido Nacional Escocés (Scottish National Party, SNP) que dirige en la actualidad Salmond y que quiere llevar a Escocia, ahora rica en petróleo por los yacimientos del Mar del Norte, a la independecia. Pero tal trascendental giro copernicano
constituiría un verdadero "sake-up" (conmoción) para la política y la economía de toda el área porque acarrearía la necesidad de solución de asuntos tan cruciales como la salida escocesa de la libra, la creación de una nueva moneda, la permanencia en la Unión Europea o la ubicación del poderoso Royal Bank of Scottland (Real Banco de Escocia) que anunció que se trasladaría a Londres si gana el si...

LAS OREJAS DEL LOBO

Por todo ello, en estos primeros días se septiembre se encendieron todas las alarmas porque la formación independentista escocesa ha experimentado un inesperado avance en los sondeos. Según The Saunday Times (conservador),
las intenciones de voto de los secesionistas empatan por primera vez con los partidarios del "statu quo", aunque otras encuestas quiten hierro a la situación.
Y para más inri, esto sucede en vísperas del referéndum sobre la independencia de Escocia, hoy, 18 de septiembre. La prensa británica acostumbra a agrandar los problemas para que se acometan con más brío, pero esta vez ha provocado un movimiento de pánico en el "establishment" inglés.

Voy a hilvanar datos y argumentos para que podamos hacernos una composición de lugar.

Londres, demasiado confiado, soberbio y despectivo, se había dormido en los laureles respeto a la cuestión escocesa y se enfrenta ahora a un preocupante despertar.

Solución de última hora: según las crónicas, pacto a marchas forzadas entre los líderes del Partido Conservador, David Cameron, del laborista, Ed Miliband y del liberal demócrata, Nick Clegg que olvidaron sus diferencias a toda prisa ante el peligro de la escisión escocesa, publicaron un comunicado conjunto y viajaron a Escocia para apoyar, aunque fuera por separado, la continuidad de la nación secesionista en Gran Bretaña enarbolando el lema no muy original de:"El Reino Unido está mejor unido". Le vieron las orejas al lobo.

LA DELICUESCENCIA DE CATALUÑA

Concentrémonos en lo que nos importa: Cataluña. En Cataluña ha habido sucesos extraordinarios, el expresidente Jordi Pujol reconoció inesperadamente en una confesión de gran impacto que había ocultado a la Hacienda Pública sin declarar una suma de dinero ubicada en el extranjero durante 34 años añadiendo en un rasgo de humor negro que no había encontrado nunca el
momento adecuado para regularizarla. Nos dejó boquiabiertos por contraste con su afición precedente de dar lecciones de moral y de pedagogía, como solía decir. Pidió perdón a la opinión pública pero, claro está, fue apeado de todas sus distinciones como la de "molt honorable senyor", tuvo que renunciar al título honorífico de fundador de la Generalitat y al sueldo y oficina
asignados como expresidente.

Declaró vagamente que el dinero oculto era producto de una herencia, pero después se informó por activa y por pasiva de otros fondos que se le atribuyen en Suiza y en paraisos fiscales como Andorra. Recuerdo que una vez le entrevisté, debió gustarle después el resultado de la entrevista y me llamó por teléfono personalmente para ofrecerme como regalo un viaje a cualquier
capital europea. Decliné, naturalmente, pero percibí el olor de la pequeña corruptela y de sus métodos. La saga de los Pujol se extiende a sus hijos que amasan fortunas considerables con prácticas irregulares según la prensa.

Digamos parafraseando la famosa frase:algo huele mal en Cataluña.

Haciendo caso omiso de esta situación de desánimo y postración de los catalanes, el sucesor de Pujol, el presidente actual de la Generalitat, Artur Mas, intenta una fuga hacia adelante, la independencia. Una fuga hacia adelante a la desesperada. La comunidad autónoma quedaría fuera de Europa y tendría que
volver a pedir el ingreso como nación. No importa, debe pensar Mas, a pesar del nerviosismo de los empresarios catalanes. Si triunfa el sí al referémdum de independencia, Cataluña tendra que dejar el euro. No importa, ya volveremos, creen de forma optimista.

Las preguntas del plebiscito son dos: ¿Quiere que Cataluña sea un Estado? y ¿Quiere que sea un Estado independiente?. El voto sería consultivo, no se cansan de precisar sus defensores, pero aún así ha sido considerado ilegal. El Gobierno español lo recurrirá al Tribunal Constitucional que dictará sentencia antes de su celebración el 9 de noviembre próximo. Empecinado, Mas sigue erre que erre con la convocatoria, no hay día que no haga una manifestación a su favor y más después de la Diada que le ha reconfortado pero todo ello puede desenbocar en desilución y frustación cuando precisamente ahora vemos signos premonitorios de recuperación. según el Fondo Monetario nternacional (FMI).

Dos dilemas más en la política catalana. ¿Qué va a hacer Mas: si
convoca elecciones para salir del atolladero, puede que la formación independentista de izquierdas Esquerra Republicana (ERC), de Oriol Junqueras, las gane en un sorpasso, lo que relegaría a a Convergencia y Unión (CiU), Conservadora) a la segunda fuerza. Tiene aún otro grave problema: su socio
Junqueras ha declarado que llamaría a la desobediencia civil en caso de que el Tribunal Constitucional falle en contra de la consulta. A la" desobediencia civil", nada menos,como hizo Martin Luther King en la lucha por los Derechos Civiles y contra la segregación racial en EEUU en 1968. No muy adecuada cita
para la Cataluña actual.

Pero volvamos a Mas. No se ofusque Artur, fuera del euro, "punt de salvació", fuera de Europa, hay que ponerse a la cola para volver a entrar, la independencia no es seny. "volgut Mas".
Acuña, Ramón Luis
Acuña, Ramón Luis


Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de la empresa editora


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