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China se alía a Rusia

martes, 27 de mayo de 2014
A pesar de su alejamiento ancestral y desconfianza mutua, el país más extenso del mundo, Rusia, y el más poblado, China, han concertado una alianza estratégica en materia de gas e hidrocarburos que cambiará el panorama económico mundial.

La Federación Rusa y la República Popular China, que forman parte de las cinco naciones del directorio del Consejo de Seguridad de la ONU, se refuerzan con este pacto intercontinental que supondrá un nuevo reparto energético del planeta.

En efecto, a partir de 2018 y durante treinta años, Rusia abastecerá de gas a China merced a un histórico megacontrato firmado el 21 de mayo pasado en Shanghái ycifrado en la notable suma de 400.000 millones de dólares, lo que constituye un hito económico además de un gran logro diplomático. Es el primer fruto de la nueva entente entre los dos colosos territoriales que cubren una buena parte del globo, representa una gran novedad y, a no dudar, pesará decididamente sobre las relaciones internacionales. Tiende a ir reemplazando el gas por el carbón, actual energía contaminante que usa China
.
Los artífices de este pacto de continente a continente son el presidente ruso Vladimir Putin y el presidente chino Xi Jinping, que entra en la escena internacional con esta importante decisión. Les invito a echar un vistazo al mapa mundi y constatar los vastos territorios de sus dominios para valorar la envergadura de tal acontecimiento económico. Es obvio que EEUU, próximo a abastecerse en hidrocarburos, y la Unión Europea, muy dependiente del gas ruso, quedan al margen, claro está.

UN HÁBIL ZAR DE NUESTROS DÍAS

Ambos poderosos líderes, que participaban en la IV Conferencia sobre Interacción y Desarrollo de la Confianza en Asia, un foro de encuentro no muy conocido en Occidente, anunciaron el acuerdo de forma inesperada ahora tras una década de negociaciones infructuosas, a buen seguro por convenir en estos momentos a los intereses tanto de Moscú como de Pekín.

Para hacernos una idea, el montante de este convenio industrial entre la compañía rusa Gazprom y la china CNPC equivale a un cuarto del Producto Interior Bruto (PIB) de un país rico como Francia.

Para Putin fue además una tabla de salvación. El presidente ruso se estaba quedando aislado por el rechazo a su anexión unilateral de Crimea y su apoyo a los rebeldes prorrusos de Ucrania, alzados en armas, por lo que su gobierno había sido objeto de sanciones por parte de Occidente. Reaccionó inmediatamente y encontró un imprevisto aliado asiático a quien venderle el gas, China.

Fue una jugada maestra urdida y ejecutada en unas semanas. La audacia, astucia inteligencia y recursos de este hábil zar de nuestros días están fuera de toda duda, además es como un tentetieso, uno de esos juguetes con contrapeso que siempre queda derecho aunque traten de tumbarlo, tiene la terquedad de un corcho en el agua.

UNA SUPERPOTENCIA INCUESTIONABLE

Tercer protagonista en concordia, el chino Xi Jinping desde marzo de 2013, 61 años, ingeniero químico y doctor en Teoría Marxista, presidente desde hace año y medio de una macronación de 1.300 millones de personas.

Es el primer pais consumidor de energía del mundo que importó el año pasado 53 mil millones de metros cúbicos de gas natural en un salto del 25% más que el año anterior. Son cifras apabullantes pero necesarias para hacerse una composición de lugar de lo que está en juego en esta guerra incruenta del gas. China se ha transformado en una superpotencia incuestionable, es la primera economía del orbe.

Como se sabe, las otras son Estados Unidos, que quiere llegar. como hemos consignado, a autoabastecerse de hidrocarburos por si misma en 2020, y la Unión Europea, un gigante comercial pero un enano en energía pues importa una cuarta parte del gas que consume de Rusia a través de Ucrania que -por cierto, para añadir más complicación a nuestro comentario- celebró elecciones generales el pasado domingo, que ganó ya en la primera vuelta el empresario del chocolate Petro Poroshenko, pro occidental, diputado y varias veces ministro que preconiza la entrada de Ucrania en la OTAN".

A su vez, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso echó su cuarto a espadas en esta partida de la energía enviando una carta a Vladimir Putin pidiéndole que Rusia mantenga el compromiso de abastecimiento de gas a Europa mientras prosiga la negociación sobre tal disputado asunto a tres bandas entre Bruselas, Moscú y Kiev (Ucrania).

La tensión, pues, persiste. Todo está entrelazado como una tela de retazos.

La revolución de las comunicaciones trae al instante de forma electrónica a nuestra mesa de despacho lo que ocurre al otro lado del mundo, en Rusia o Chuna, para permitirnos juicios de valor acerca del abastecimiento de gas o la independencia energética de millones de personas. Tiempos contemporáneos...
Acuña, Ramón Luis
Acuña, Ramón Luis


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