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El futuro del Centro Gallego de Buenos Aires

viernes, 09 de mayo de 2014
Llevo varios años escribiendo sobre la crisis del Centro Gallego de Buenos Aires por la sencilla razón de que me duele en el alma ver que se está desmoronando el lugar donde vine al mundo. Soy socio desde que nací por voluntad de mis padres que eran hijos de gallegos y asturianos. Hay gente que se pregunta sobre mis credenciales para escribir sobre un asunto que es muy complicado. La respuesta es bien sencilla: un socio tiene toda la legitimidad del mundo para comentar libremente sobre la entidad a la que está adherido. También están los que hacen cábalas sobre mi identidad, bien, los que quieran conocerme lo pueden hacer los viernes por la mañana –--a las nueve menos cuarto estoy allí--- en la confitería de mi barrio que es “La Ópera” de Corrientes al 1700. Me siento siempre en la primera mesa, a la izquierda de la entrada por Callao.


El Centro Gallego de Buenos Aires fue un faro cultural y sanitario que desde su fundación mantuvo una actividad guiada por la calidad humana de los servicios. El tiempo pasa y llegamos al declive actual en el que por primera vez en su historia recibe asistencia económica pública al tener que ser intervenido. La intervención fue inevitable porque los ingresos eran menores que los gastos y se fueron acumulando pérdidas que estrangularon el normal funcionamiento de la institución.

Es muy triste el tener que aceptar el fracaso de los directivos que no pudieron salir adelante a pesar del esfuerzo del buen presidente Vello. Las agrupaciones que se presentan a las elecciones no tuvieron un comportamiento a la altura de los acontecimientos. Se dividieron y dejaron a Vello en minoría. Están los que afirman que detrás de la huída de tres agrupaciones que se rajaron, está el Partido Popular de Buenos Aires. Yo no lo creo, pero es una cuestión menor el determinar la razón de la espantada que dejó a Vello a la intemperie.

En la actualidad y bajo la batuta del interventor judicial Carlos La Blunda se está pagando los salarios y al parecer se está negociando el pago a plazos de la deuda. Con la deuda hay que hilar fino porque se tiene que dividir entre retrasos e impagos propios del Centro Gallego y otros compromisos que eran de la fallida gestión empresarial de la Fundación Galicia Salud encargada por la Xunta de Galicia para administrar la entidad. Acá también hay opiniones divergentes sobre el monto que les corresponde a unos y a otros. Sobre el particular dicen que quien sabe mucho es el doctor Camba, actual importante alto cargo diplomático en la Embajada de España.

No se puede alabar el trabajo de La Blunda hasta que termine su período en el año 2015. El interventor es persona competente y hace lo que puede en un medio que le es ajeno. Tiene buena intención y quiere que el CG se recupere pero no tiene a su lado nadie que lo asesore con conocimiento de causa e imparcialidad. Su labor es difícil al tener que bailar entre tirios y troyanos o entre los de Boca y los de River. Quiero decir que La Blunda busca el equilibrio para evitar el choque entre los que desean el fracaso de la intervención para poder privatizar los servicios de salud. El tema cultural no le interesa a nadie. Es cierto que hay una obra social que está moviendo peones y peonas ---una es la ex directiva Donsión--- para quedarse con el CG sin poner un peso o un dólar o un euro.

Por otro lado están los ilusos, los giles, que creen posible la salvación del CG con la ayuda de la Xunta de Galicia. No veo viable esta ruta porque el gobierno gallego ya colaboró con millones de euros que se esfumaron sin que la entidad haya saneado sus cuentas deficitarias. En este sentido es muy curioso el hecho de que un enemigo notorio de la Intervención y del gobierno nacional, sea precisamente el que hable en un acto conmemorativo del aniversario fundacional. El ínclito, además y por si fuera poco, fue nombrado “Ciudadano Ilustre” por su admirado Macri. Es evidente que el Jefe porteño no está informado de los oscuros antecedentes cubanos que manchan cualquier expediente y trayectoria.

Con lo anterior estoy tratando de poner sobre blanco el complicado trabajo de La Blunda que puede ser acertado pero con partes oscuras o en sombras. Se le critica que no informa de nada referido a la economía a las agrupaciones. Se le critica que antes de autorizar intervenir a una persona en un acto, es su deber el informarse sobre su vida y obra. Hay en nuestra ciudad varias personalidades del campo cultural galaico-argentino que le habrían aconsejado con criterio. No quisiera estar yo en su lugar. Es cierto que son demasiados los que ponen palos en las ruedas del futuro pero ocultando los errores no se avanza. Está en juego el futuro del CG y es momento de unir fuerzas para la tarea. Estoy convencido que en el 2015 tendremos un CG renovado que se enfrentará a los desafíos de unos tiempos en los que la economía argentina mejorará mucho.
Montes, Xoaquín
Montes, Xoaquín


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