¡¡¡No a la ley del aborto!!!

No matarás: Este mandamiento se derogó durante la Inquisición para proporcionar al inquisidor disposición para aplicar tormentos permanentes. En aquel tiempo las brujas y los herejes eran tan visibles como habitables. Puntos en el libro de la historia de las religiones que había que borrar porque el mandamiento, de seguir en vigor, les causaba retorcimientos a los que aplicaban la Ley de Dios. Esa Ley estuvo derogada desde época medieval y en el siglo XX siguió abolida para que el obispo Alois Hudal, antisemita impenitente hasta su muerte, fanático en su apoyo a Hitler y las políticas nazis como lo era en su odio de cualquier cosa que fuese comunista, portara una tarjeta dorada de afiliación al partido nazi y trabajara estrechamente con la oficina del Santo Oficio (sucesora de la Inquisición), el guardián de la doctrina católica. Él y otros, abrieron las puertas de los corredores del Vaticano para que los criminales de guerra nazis como Frans Stangl, comandante del infame campamento de exterminación en Treblinka, huyeran por ellas. Sin embargo, con la ley Gallardón se pone otra vez en vigor el mandamiento que dice que toda mujer que aborte un feto que pueda nacer sin piernas, sin ojos, brazos, tonto, cojo, ciego, sordo, con síndromes de todo tipo, etc, será condenada al fuego eterno y quemada en la hoguera enfrente del Congreso de los Diputados, 28666 Madrid, España. Los jueces como buenos inquisidores se encargarán de llevar las cerillas y los diputados la leña. Seguidamente, los gritos de dolor de la condenada se gravarán en video y serán colgados inmediatamente en Facebook para regocijo de fascistas y señoras finas entradas en edad.