2014 podría ser el año de Cuba

Tras un larguísimo bloqueo económico al gobierno de La Habana impuesto sin resultados desde el lejano 1959, acentuado por un ostracismo por parte de Europa desde 1996, existen indicios de que EEUU comienza a aflojar el cerco. Después de que el presidente Barak Obama acudiera espontáneamente a estrechar la mano de Raúl Castro en los funerales de Nelson Mandela en Sudáfrica, gesto de gran carga simbólica, se han dado algunos pasos que parecen vislumbrar un deshielo: 2014 podría ser el año de Cuba.

Pongámoslo en condicional porque con esta pequeña isla de 110.860 km2 y 11,2 millones de habitantes, una nación comunista al pie de la vasta y poderosa Norteamérica capitalista, no hay nada seguro. Es una rareza en el emisferio occidental que se mantiene hoy en día por la ayuda económica de Venezuela a La Habana así como por la reacción antinorteamericana de gobiernos como Perú, Ecuador o Argentina y esta resistencia numantina se hace merced a una precaria economía de guerra que golpea a los ciudadanos cubanos. Como sucede siempre, la población paga el pato: además de no tener libertades, les falta lo esencial. Escasez, penuria,
carencia, es su pan nuestro de cada día, según testimonio de todos
los viajeros y visitantes.

Raúl Castro, alter ego de Fidel desde el 24 de febrero de 2008, a
causa de la retirada de éste por razones de salud, ha advertido: si
entre Cuba y EEUU no se respetan mutuamente las iferencias, "los
cubanos están dispuestos a resistir otros 55 años de bloqueo",
una bravata para la galería pero, en el fondo, el dictador comunista
está dispuesto a aprovechar la oportunidad que la coyuntura
internacional le brinda, en opinión de los comentaristas.

Los estilos de Fidel y de Raúl son distintos aunque ambos sean
líderes octogenarios pero la obstinación es la misma, la del primero,
era "dar muela", es decir, hablar mucho tratando de convencer, y
la del segundo, escueta y sin carisma, podría resumirse en el dicho
cubano "la caña está en tres trozos" o sea, la situación sigue
complicada. En el momento actual, así rezan estas dos frases
hechas del español que se habla en la Perla del Caribe, acento
cantarín incluido.

LA AGUDEZA DE OBAMA

Otro signo favorable premonitorio de flexibilización: el sitio
informático oficialista cubano "Cubadebate.cu", calificó el apretón
de manos de esperanzador. "Obama saluda a Raúl: que esta
imagen sea el principio del fin de las agresiones de EEUU a Cuba",
consignó la citada web cubana, a la que se considera, claro está,
como la voz de su amo.

Más presagios de distensión anunciados en las redes sociales: en
noviembre pasado, Obama dijo aposta en Miami, donde
precisamente hay una numerosa colonia cubana en el exilio, que la
política respecto a Cuba se debía "revisar" y el secretario de
Estado norteamericano John Kerry abundó en esta idea dando la
bienvenida a algunos de los cambios que se perfilan en la isla
caribeña. El más importante de estos cambios es el final de la
llamada Posición Común de la Unión Europea, adoptada en 1996 a
propuesta del presidente español José-María Aznar. Esta postura
roqueña fracasó al no producir los efectos esperados de aislar y
asfixiar económicamente al régimen castrista. Además, se constata
ahora que tal política no sólo ha quedado obsoleta sino que pudo
ser contraproducente por provocar el enrocamiento de la
dictadura contra el enemigo exterior. Se establecerá, pues, un
nuevo marco de negociación, un acuerdo político y de cooperación.

Vayamos con pies de plomo, podríamos llevarnos un chasco que no
sería el primero.

Barack Obama recordó que cuando Fidel Castro llegó al poder, él
acababa de nacer. Seguir con las mismas políticas respecto a Cuba
que en 1961 hoy en día, en la era de Internet y de Google, no tiene
ningún sentido, señaló con agudeza y le asiste toda la razón.

LA ENCRUCIJADA DE RAÚL CASTRO

Por su parte, el presidente Raúl Castro pidió con toda desenvoltura el establecimiento de relaciones "civilizadas"con Washington en un discurso ante el Parlanento cubano, desvelando que en el último año hubo distintas conversaciones bilaterales sobre inmigración y correo postal, signos de apertura que se vienen a sumar a la proyectada promesa de permitir la compra de viviendas en la isla, dar más autonomía a los agricultores o de ir
reduciendo el omnímodo papel del Estado, vasta tarea. Por algo se
empieza. Así, tanto Raúl Castro, de 82 años, como Barack
Obama, de 53, dan tímidos pasos para un posible entendimiento y
salida del atolladero en el que se halla la mayor de las Antillas desde
hace más de medio siglo.

Atrás quedan las sanciones aplicadas en 2003 a Fidel Castro por
eencarcelar a 75 disidentes y ordenar el fusilamiento de 3
ciudadanos que se habiían apoderado de una balsa para huir de la
isla, decisiones desproporcionadas y condenables no acordes con
el respecto a los Derechos Humanos.

Paralelamente, la Unión Europea (UE) parece decidida a imprimir
un giro a sus relaciones con Cuba. Los ministros europeos de
Asuntos Exteriores tratarán la cuestión en este primer trimestre de
2014, quizá el mes próximo pero ya se tomó la decisión del cambio
de enfoque, que será más pragmático. La UE es el primer inversor
en Cuba y el segundo socio comercial, lo económico podría
terminar por prevalecer sobre lo político. El mundo vuelve de
nuevo la vista hacia Cuba, que no ha salido aún de la encrucijada,
a ver si esta vez se acierta con el camino adecuado, aunque sea tan
lento como arduo.

"Hacer es la mejor manera de decir", dejó sentado el gran poeta
cubano José Martí (1853-1895), político liberal, periodista, filósofo
y profuso autor de sabios aforismos como éste.

Recapitulando: Barack Obama quiere hacer que Cuba dé pasos
para entrar en el redil de la comunidad internacional, Raúl Castro
parece dejarse tentar y la Unión Europea contempla estas
maniobras de aproximación con prudencia y circunspección. Pero
algo se mueve.