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Primer traje “bespoke” producido por V. P. III

miércoles, 11 de diciembre de 2013
Primer traje bespoke producido por V. P. III Llegamos a la prueba final y para ello Joaquín nos tenía totalmente preparado el traje, absolutamente rematado a los pocos días de la segunda prueba. Los intervalos de fechas entre las distintas pruebas pueden ser aproximadamente de una semana o diez días, concretamente en mi caso fueron los días; 17 y 24 de septiembre y el 09 de octubre dicho sea para una estimación de tiempo de quien lo quiera planificar. Así, son entre tres y cuatro semanas el plazo en el que generalmente se puede confeccionar un traje de estas características, si bien es cierto que hicimos cuadrar mis visitas a la capital con nuestras respectivas obligaciones. Y que estos -obviamente- dependerán de la disponibilidad del taller de la sastrería y las necesidades del cliente. En total sumaron algo más de 55 horas de trabajo totalmente manuales sobre el conjunto de las tres piezas, con lo que se consiguió que de un precioso paño de 3,5m x 1,5 m. se obtuviera el que entre bambalinas denominamos como “trajazo”. En él, intervinieron hasta cinco profesionales especialistas distintos como fueron; la pantalonera, la chalequera y dos oficiales distintos para la chaqueta. Magistralmente dirigidos por el maestro sastre que aparte de cortar absolutamente toda la tela, da los últimos retoques de plancha y costura. Una pieza de museo moldeada en tres dimensiones a partir de las dos originales por la destreza de las manos más expertas.

Para esta prueba final poco más que ver su resultado en las fotografías, solo cabía probarlo. Puedo decir que al vestirlo, por primera vez, pude experimentar un sentimiento fabuloso al entrar en un traje tan adaptado a mi figura, cual horma. Realmente es un guante de silicona, muy cómodo, especialmente ceñido por fuera pero holgado y amplio por dentro. Estaba muy contento y feliz, casi emocionado, con el resultado final ya que en especial conseguía el objetivo de la sastrería tradicional más artesana y delicada; “Realzaba mi físico, disimulaba mis defectos y -sobre todo- era únicamente realizado por y para mí”. Irrepetible, único y original. Para mí una obra de arte que cuidaré a buen seguro durante toda mi vida, lo veréis.

El pantalón no hace la arruga propia de la curvatura de mi pierna sino que, como se aprecia en la raya de su motivo, cae totalmente vertical. Se adapta perfectamente a mi muslo y cae como un tubo hasta besar el calzado.
El chaleco parece una auténtica coraza, consigue una continuidad única con el pantalón y lo embebe. Su forma geométrica trapezoidal es perfecta y sus solapas, también, en pico un lujo.

La chaqueta es una obra de ingeniería, de líneas espectaculares donde los cortes ingleses se funden con los bolsillos en media luna y es realmente un espectáculo. Destacaría, las solapas como algo irrepetible por su doblez y sus picos. La caída es muy lisa y continua, casi pulida.

Este conjunto sobre la mejor camisa con un pique muy grueso de Lander Urquijo y calzado sobre un fabuloso botín de Carmina Albaladejo, no me lo puedo vestir mejor. Los complementos están muy en mi línea, sobria y clásica, si bien admite infinidad de posibilidades seguramente dándole tanta vida como se deseara.

Realmente, para mí verlo y disfrutarlo es un ESPECTÁCULO. Que lamentablemente solo podré hacer en tan pocas y diferenciadas ocasiones, laborales, pero de relevante importancia. Tanto más durara y agradeceré llegue dicha oportunidad.

Tuvimos que retocar el bajo, ya que finalmente me decanté por el liso sin vuelta y que suavemente se apoyara en el depurado botín, si bien el cordón es imperativo me permití la licencia que fuera liso aunque lo intercale con el preceptivo modelo Oxford. Prefería que cayera más suave sin interrupción y sobretodo porque su carácter formal lo hacía desaconsejable. Entiendo, siendo algo purista, que la vuelta se debe usar en los trajes cruzados y en los más sport. Además el maestro sastre, en su afán de superación y perfección no me lo dejo llevar en ese momento porque no estaba contento con el acabado de alguna costura que no ceñía exactamente a lo que entendía y me la iba a corregir, en concreto el encuentro del hombro con la manga derecha y algún otro mínimo retoque. Tengo que decir que el grado de perfeccionismo es realmente interminable, haciendo bueno el dicho de la Mercedes de “lo perfecto no es lo suficientemente bueno”.

Finalmente no le pusimos el tercer o falso botón superior a la chaqueta, lo cual yo entendía fundamental para darle una perfecta y completa simetría. Ya que había elegido el mismo número de ellos en la manga y en la hilera del chaleco. Joaquín con buen criterio me convenció para no hacerlo, ya que el bonito vuelo de la solapa en su pliegue lo perdería o distorsionaría, por el vacío y la falta de rigidez que el agujero produce al hacer un ojal. El equilibrio es básico pero en esta ocasión gano, cómo no, la estética.

Como curiosidad diré que para los calcetines adquirí unos azul marino pero con dibujos de rayas blancas y amarillas algo gruesas, como gemelos los que con más cariño guardo porque son heredados de un gran caballero -como lo es mi padre- los cuales se ponía solo en las ocasiones de gran gala y con los que siempre me quería convencer que su origen se debía a que yo era gemelo de mi hermana. Y mi pañuelo favorito, el blanco de lino con mi inicial.

Como consecuencia me queda la satisfacción del diseño de mi primer traje de categoría especial, solo disponía hasta la fecha de unos “ready to wear”, comprados listos para vestir los cuales adaptaba para mejorar su ajuste y ceñirlos a mi cuerpo y uno a la medida de gran calidad (cuenta con más de una década en perfecto estado) y que se asienta a mi cuerpo muy bien, pero que aunque fue hecho a partir de mis medidas no de manera artesanal, ni a mano, ni por supuesto con tal lujo de detalle y adaptación a mi cuerpo.

La fotografía pedía un lugar especial, así que nos desplazamos hasta la que es -seguramente- la isla más elegante del mundo, La Toja en las rías bajas gallegas, donde su Gran Hotel nos abrió amablemente sus puertas. Este es el resultado final que espero que os guste y del que esperamos sea el primero de otros muchos más. Muchas gracias a todos; D. Joaquín Fernandez Prats, D. Mariano Arroyo, Dña. Betty Albaladejo, D. Lander Urquijo y Dña. Carmen de ISESA, con este equipazo cualquiera se “viste por los pies“. Muchísimas gracias a todos.

www.vestirseporlospies.es
García Bragado, David
García Bragado, David


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