Nico ¿Espía o traidor?

El sábado noche he descubierto que, ahora, al Pequeño Nicolás, mis colegas le llaman Fran; y que en realidad, aquella niña de Rajoy era un niño. Mi santa se durmió antes de que llegásemos a la mitad de la malísima entrevista con la que el canal de las “estrellas” obsequió “en exclusiva” a su audiencia. Show que, dicho sea de paso, ha servido para dividir a esta sociedad tan sensible. Otra vez.

Porque nadie se atreve a decir que este veinteañero, Nico, es realmente el protagonista de una “novela” de espías que el mismo escribió y mucho menos la gente seria puede afirmar con rotundidad que este jovencito es un colaborador del CNI.

Sí, es cierto, algunos lo ven como un estafador; pero a otros les mosquea que le detenga una unidad de “Asuntos Internos” de la Guardia Civil. Tampoco Nico dejó claro lo del viaje a Ribadeo “porque en realidad debería tener su fin en Ribadumia, donde pasa Rajoy las vacaciones”.

Y al final de otra noche perdida, solo dan vueltas en mi cabeza algunas atrevidas afirmaciones suyas sobre “sus amigos de las fotos”…

—- ¿Qué papel jugó en FAES Nico y como Aznar, un egocéntrico, consiente que le llame Jose?

—- ¿Con qué dinero compró el ático de Benalmádena el presidente de la Comunidad de Madrid?

—- ¿Por qué se callan todas las personalidades que cita?

—- ¿Cómo un crío de 20 años puede mediar en el Caso Noos para que la Infanta Cristina salga bien parada?

—- ¿Por qué no denunció la corrupción del poder político que pasó por delante de sus narices?

—- ¿Por qué dice, sin embargo, que él mediaba entre los empresarios y el gobierno sin cobrar más que aquello que le parecía justo?

—- ¿Cómo puede “infiltrarse” un niño en los tejemanejes de la alta política hasta el punto de estar en actos a los que solo se invita a unos cuantos poderosos?

—- ¿Qué negocios planeaba con el exministro Moratinos en Guinea Ecuatorial?

Yo ya sé bien que vivo en un país de locos, en el que cualquiera puede ocupar dos horas de televisión, en prime time, para formar parte de ese club de famosos que viven sin pegar golpe. Pero lo de Nico…

Un joven que a los 20 años habla con ese desparpajo en la tele y es capaz de sembrar una incógnita sobre su verdadera personalidad de la manera que lo hizo, es alguien que, desde el epicentro del poder, intenta o intentó tocar el cielo de la política estudiando minuciosamente sus protocolos para llegar a lo más alto.

Ahora bien… ¿Es verdad que Nico sabe demasiado? ¿O todo esto es una novela escrita en su mente desde que, a los 14 años, le lavaron el cerebro en NNGG del PP y posteriormente en FAES?

Si ves las caras que le quedaban, tras cada respuesta de Fran, a la excelente periodista y escritora lucense Marta Rivera… entenderás porqué el asunto del Pequeño Nicolás aún lo siguen discutiendo las dos Españas, la del ABC y la de EL PAÍS.