Caminaban a Belén-he
para llegharen con día.
Cuando llegharon allá-e
la medianoche sería.

Abre las puertas, portero,
y-a José y a María
como se las he de abrir-e
si las llaves no tenía.

Las llaves eran de oro,
de plata no las había,
eran bordadas con oro
para la Virgen María.

San Juan carreta la piedra,
San Pedro la componía,
y-almena sobro de almena
cuatro almenas había.

En la almena de abajo
estaba el señor San Pablo
y-en la almena del medio
y-estaba el señor San Pedro.
En la almena mayor
taba nuestro Redentor
y-en la almena de arriba
estaba la Virgen María
con el Niño en los brazos,
llorando que se partía.

¿Por qué llora usté, mi madre?
Yo no lloro de alegría
Lloro por los pecadores
Que tantos nel mundo había.

Los que quisieran ser buenos
de mi Gloria les daría,
los que quisieran ser malos
también los castigharía.

La honra deste misterio
la honra del Encarnado,
que se levanten, señores,
para dar el aghinaldo.
Recollido polo C. O Bolo