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El abandono de la Mariña

miércoles, 17 de julio de 2013
El gran Fraga-la ironía es un recurso literario-quería tanto a la Mariña Luguesa que no sólo le “robó” la Tanscantábica, sino que invirtió en su gran mausoleo, el Gaias, el triple o cuádruple de lo que se hubiera gastado en impulsar el desarrollo económico de la Mariña.

Si D.Manuel, como le llamaban sus “pelotas”, hubiera usado esa gran capacidad con la que lo adornan sus acólitos, quizás hoy ya podríamos disfrutar de esa carretera que “desde el País Vasco recorrería todo el Cantábrico hasta Ferrol”. Una lumbrera como él llevó el mar a su Vilalba natal por el arte del caciqueo tan propio del que fue patriarca de los caciques.

La Costa apenas varió en cincuenta años: las empresas que se instalaron, si exceptuamos a Alúmina, en la que nada tuvo que ver, son pequeñas y básicamente fruto de la evolución del tiempo, pero ajenas a cualquier iniciativa política porque sus señorías, esos políticos mediocres de elevados sueldos, sólo se dedican a inaugurar polígonos industriales con escasa o nula utilidad. Parcelas y farolas va habiendo, pero lo que es actividad industrial…Y no me vengan ahora con eso de la crisis, porque eso ya pasaba con anterioridad.

Aquí no único que crecen son los bazares chinos.

No, no hay planificación alguna de desarrollo, sólo juegos de artificio que no llevan a ninguna parte. Nuestra juventud, con auténticas lumbreras como nos está demostrando continuamente la prensa, se ve abocada a la emigración eterna de una Tierra tan hermosa como cruel con sus hijos. Leemos con frecuencia que Galicia se desangra demográficamente y, sin embargo, impávidos nos quedamos comiendo los churros resignados con esa filosofía de eternos perdedores donde el alcohol y la indolencia se conjuran para seguir siendo paraíso de frustrados.

Es necesario cambiar las cosas, romper las cadenas atávicas de que nada es posible. Sí, hay que recuperar el mar y modernizar su industria, no vendiendo sus posibilidades a multinacionales de acuicultura, que apenas generan trabajo, sino desarrollar el I +D; hay que exigir, no mendigar, a Bruselas los derechos y acuerdos de pesca de los que Galicia siempre gozó, y que merece en proporción a su flota, para que recuperen, y aún potencien, la actividad marina; es preciso ir creando industrias con ayudas al emprendedor, no a fondo perdido como las casas rurales, sino con recuperación de lo invertido para así poder seguir facilitando a otros el desarrollo de nueva ideas; urge crear las condiciones necesarias para que esos jóvenes formados en múltiples facetas puedan desarrollar aquí sus proyectos y para ello es preciso atraer inversiones facilitando el personal cualificado para ello; hay que ir cambiando el chip del turismo, que aquí puede ser un complemento, nunca una solución.

Se precisa planificar el urbanismo no permitiendo la construcción anárquica en parcelas sin acceso, alumbrado y alcantarillado; no se puede permitir los mastodónticos edificios en núcleos urbanos, que no sólo afean, sino que generan incomodidades; hay que potenciar industrias alternativas con potencial -la crisis no será eterna- como la maderera o la lechera-viabilidad urgente- y cárnica; es prioritario adecuar nuestras empresas a las nuevas tecnologías para así mejorar a competividad; conviene recuperar industrias de las que en otro tiempo nos sentimos orgullosos como carrocerías…

Hay cosas que se pueden hacer y es necesario hacerlas, porque los que hemos sufrido la emigración, no queremos tanto dolor para nuestros jóvenes y bien harían nuestros representantes políticos, en vez de estar todo el día a la greña, en ir trabajando para crear esperanzas.

Es hoy prioritario es nuestra Mariña terminar de una vez por todas el llamado Corredor- La Xunta lleva años mintiendo y tomándonos el pelo- que facilitaría muchísimo las comunicaciones y ahorraría costos de tiempo y dinero.

Visto lo anterior, vayamos pensando en usar nuestro voto, no con el sentido común de nuestros políticos, sino con el nuestro, sabiendo que éstos están cobrando y mintiéndonos.
Timiraos, Ricardo
Timiraos, Ricardo


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