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... Y tomamos las calles nuevamente

viernes, 01 de marzo de 2013
LA TEORÍA DEL PODER ALEMÁN

…Y TOMAMOS LAS CALLES NUEVAMENTE

La primera vez que oí hablar de Alemania como destino tendría unos catorce años. Los cincuenta se estaban agotando y entrábamos en la “década prodigiosa” del franquismo, que decía la propaganda del Régimen.

La realidad, sin embargo, era bien distinta: aquí nos quedábamos solo unos cuantos privilegiados y los demás iniciaban la segunda etapa de la emigración: la que llevó a Europa a más de medio millón de jóvenes gallegos.

Se fueron a Alemania, Francia e Inglaterra y eran lo más valioso que poseíamos. Nuestros jóvenes, ya por entonces, estaban sobradamente preparados.

En mi pueblo solo quedamos cuatro: los de Souto de Rei, el badulaque del hijo del carnicero, que estaba estudiando para delincuente; y yo, hijo de maestra y de alto directivo de Campsa, la compañía arrendataria del “monopolio” de petróleos; es decir, “niño bien”, carajo.

Mi madre siempre me decía:

—- No te metas en política, hijo, que esos asuntos siempre acaban mal…

Pero yo andaba tonteando ya con el PC “en la clandestinidad”, por si había una nueva guerra con Alemania y teníamos que pactar con los rusos, a los que entonces llamaban “bolcheviques” con desprecio, pero que a mí me caían mejor. Ya ves.

Porque… me decía el cuerpo que los alemanes empezarían otra guerra en cuanto cayese el muro de Berlín. Y lo mejor sería aliarse con los rusos, que a mí incluso me eran más simpáticos que los americanos.

Todos los días, cuando me metía en la cama, hacía estas reflexiones antes de hablar en sueños con Berta… Las mujeres, suponía yo, nunca irían a la guerra.

Pasaron los años y no hubo guerra. Luchamos todos contra Franco cuando Hitler ya había muerto. Llegó la Democracia esta de dos partidos y medio. Y con ambos los dos… llegó la crisis, la puta crisis… ¡Joder!

—- ¡Pues sí que nos la han dado!

Cincuenta y tanto años después, ahora que soy mucho mayor, no paro de pensar que en realidad estamos –ahora sí- otra vez en guerra. Y somos las víctimas propiciatorias… Nos pasan por encima con oficinas de valoración, con bancos centrales, con empresarios que no tienen empresas, con políticos corruptos, con empresas que se cierran, con jueces también corruptos, con…, amigo mío, eso que Maquiavelo llamaba “El caos organizado”.

Te bajan el sueldo. Te suben el petróleo. Acortan tu indemnización por despido. Te suben los impuestos. Tus hijos van a tener que estudiar en un centro al menos “concertado”. Si te pones enfermo, Dios te acoja en su seno. No tienes un duro. Tu gente no tiene ni empleo… ¿Te das cuenta?

Es esta… La guerra económica se la han montado las grandes potencias del “norte” contra las del “sur”, que yo conozco a Mariano hace muchos años y Mariano no sabía hacer restricciones, mas bien hacía obras en toda la provincia con las máquinas de la Diputación y creaba empleo…

O sea, que a mis quince años –cuando mis amigos se marchaban para Alemania- yo no estaba loco. Alemania retrasó la guerra pero aquí está; como a ellos el jamón serrano les trae sin cuidado nos obligarán a todos a comer esas asquerosas salchichas que a saber de que están hechas…

La historia se repite. Los jóvenes se van y por quedar, como esto siga así, no queda ni el “Manga”, porque los viejos a los que roba ya estaremos todos en el espacio.

Y fíjate si están en guerra… que ahora nos llevan a Guardiola, el ídolo del independentismo catalán. No, no te rías, que los catalanes saben muy bien que el futbol si es bueno como el del Barsa, vende. Y Guardiola es el mejor embajador de esta potencia financiera, plena de valores comerciales, industriales, éticos y morales que es Catalunya.

Pep, dicen los cronistas deportivos, podría elegir un equipo inglés, para seguir su guerra con Mourinho, pero esa ya no le interesa. Ahora, como buen catalán, quiere ganar esta otra, la que encabeza el Artur Mas… Y para eso se alía con los alemanes, que son los que tienen los tanques capaces de sacar al Madrid del mapa.

En Munich y en Berlín están muy contentitos todos con el fichaje de Guardiola. Ayudarán a Catalunya a ser independiente… porque Pep va a transformar el rudo futbol alemán en el fino “tiki taka” del Barsa.

Así que el Mario Draghi -¡Parece mentira que sea italiano, el muy renegado!- ya se ha ganado otra vez la confianza de la Merkel para que le mantenga como presidente del Banco Central Europeo. Ya sabes que dijo…

—- Apliquen a la Economía sus tácticas deportivas, que parece que saben jugar muy bien al futbol…

Por eso se llevaron a Guardiola… ¡Para ganar la guerra!

Entonces… ¿Qué nos queda?

Mi amigo Manuel, que no fue a una “manifa” en su vida, dice:

—- Temos que protestar, que isto non se pode tolerar; isto de que manden aquí os alemáns, ¡Manda Carallo! Temos que ir a Santiago a berrar con ises rapaces que berran polas rúas… E pedila “independensia” como fan os cataláns, que nos para nós temos… Cunhos grelos e un porquiño xa amañamos…

Fue cuando abrí el “Spotify” y busqué la canción apropiada… Mi amigo Pablo lo cantaba otra vez…

—- Yo tomaré las calles nuevamente…

En esto miré hacia la tele y las calles de cincuenta ciudades, incluidas las de Santiago, ya estaban tomadas por la gente, mi gente, harta de tanto “guerrero” en Madrid, Bruselas, Berlín…
Rodríguez, Xerardo
Rodríguez, Xerardo


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