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De resaca

lunes, 22 de octubre de 2012
Es que ayer fui a una mesa electoral y ya saben que nos dan unas horas por la mañana para dormir y hacer recados. Y las he usado, claro.

Por lo demás, tengo que reconocer que Beiras me ha hecho la puñeta. Acerté los escaños del PP en un artículo que publiqué el 28 de agosto, y también que Beiras superaría al BNG, pero lo de los 41 ha sido de chiripa (no me las voy a dar ahora de Bruja Lola) porque reconozco que el señor del pelo blanco nos ha revolucionado a todos el tostón de campaña en el que estábamos, y que las predicciones anteriores no tienen validez.

Sin embargo, creo que hay que ser un poco más ponderados a la hora de analizar el resultado electoral. Aquí no se puede decir que los dos ganadores de las elecciones han sido Feijóo y Beiras, principalmente porque el señor Beiras decía que su objetivo era que el PP dejara la Xunta, y uno sólo gana si cumple sus objetivos. No lo ha conseguido, y la verdad es que me pareció un poco ridículo que ayer anunciara "el fin del PP" cuando los han machacado. Si hay dos ganadores claro son Feijóo y Rajoy.

Para Mariano Rajoy esta noche ha sido probablemente una de las más tranquilas de los últimos meses. No digo que esté pletórico de alegría, porque los parados de ayer las 19:59 son los mismos (parado arriba, parado abajo) que a las 20:01, pero sí se ha ahorrado el gran disgusto que le habría supuesto perder Galicia. Lo del País Vasco ya era visto así que no creo que el disgusto, que existirá, sea tan gordo como el que habría sido el de su propia tierra, feudo tradicional del PP. El que tiene que estar temblando es Rubalcaba.

Feijóo ha triunfado vendiendo tranquilidad, estabilidad, sensatez y moderación. Esto es Galicia, y aquí eso te lo compran en cantidades industriales. También ha tocado la tecla del miedo a los otros, y la “amenaza” de lo que podría ser un carajal de Xunta en cuatro pedazos (PSOE, BNG, A Nova e IU), cuando todos recordamos lo que fue con sólo dos trozos.

¿Quién ha perdido? Pues todos los demás. Lo de la cantinela de que todos ganan al día siguiente de las elecciones no puede ser menos cierto, y sólo hay que ver la cara y las palabras de Jorquera o Pachi Vázquez, a los que difícilmente les podría haber ido peor. Pero hay muchas otras listas perdedoras: UPyD, Escaños en Blanco, Mario Conde y, sobre todo, Compromiso por Galicia, el BNG3 a los que no han votado ni en sus propias casas a la vista del resultado. Si hasta Conde les ha sacado más.

¿Saben por qué pasan estas cosas? Yo les doy mi opinión. Todos los analistas utilizan grandes números para hacer predicciones y decir sus números, pero parece que casi nadie se da cuenta de que cada ciudadano tiene solamente un voto. Aunque parezca una obviedad, no lo es.

Verán, hay una gran parte de la población que tiene su voto decidido de antemano. Da igual lo que haga el PSOE, que de siete millones de votos no baja, y el PP tampoco ha bajado en casi 20 años de los nueve millones y medio de votantes. Esa gente ya no entra en el reparto, sino que se da por sentada salvo barbaridades como la que pasó en estas elecciones en Coruña ciudad. Son los demás, los que en cada elección se piensan realmente a quién van a votar, los que hay que meter en el cálculo. El ciudadano que vota un año al PP y al siguiente al PSOE, y al BNG en otra ocasión, es el que hace que los escaños cambien de uno a otro.

Hay que ponerse en la piel de ese ciudadano, y pensar, por ejemplo, a quién va a votar si está desencantado con el BNG. Pues sencillo: al que durante dos décadas y pico fue el referente del nacionalismo en Galicia: Beiras. A los de Compromiso por Galicia les habría ido muy bien si no se presentara su antiguo líder. Un paralelismo, ¿qué habría pasado si Fraga hubiera ido por libre en Galicia? Que habría superado al PP por mucho. Aquí igual.

Lo mismo pasa con el desencantado del PSOE, que vota a Izquierda Unida si tiene la sensación de que ese voto va a valer para algo, y esta vez la tuvo gracias, nuevamente, a la figura de Beiras y su gran magnetismo.

Tengo que reconocer que mi gran satisfacción fue que Mario Conde hiciera el ridículo, a pesar de sacar 15.000 votos, que ya son votos. No porque le fuera a sacar votos a nadie, sino porque me demuestra que nuestra Galicia aún es una tierra donde reina el sentido común y no queremos poner a una persona condenada por estafa al frente de nuestros intereses comunes.

También me ha gustado el palo que se llevaron los de Escaños en blanco, porque me parece la opción más absurda de todas, la de responder con un silencio a la situación de crisis. Si crees que las cosas están mal, lo de dejar escaños vacíos para protestar me parece una memez. Rellénalos con gente competente y propón soluciones.

¿Y ahora qué? Pues va a tocar más de lo mismo: seguir apretándose el cinturón, intentar sacar esto adelante como se pueda, y estar pendientes de los próximos shows que nos monte Beiras en el Parlamento, que se le dan muy bien. Por cierto, a ver cómo gestionan el tema con Izquierda Unida, que puede ser curioso.

¿Y en Lugo? En Lugo en breve probablemente habrá que irse acostumbrando a ver caras nuevas presidiendo las procesiones, y con esto no auguro un cambio de jefatura en el Obispado.
Latorre Real, Luís
Latorre Real, Luís


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