Falló Aguirre

Esperanza Aguirre era el escaparate de los éxitos del PP, la que ha hecho de Madrid un centro financiero, industrial y comercial internacional, la liberal que atrae empresarios con su aperturismo y que mantiene su Comunidad con seis puntos menos de paro que la media nacional.

Pero calculó mal u ocultó adrede que su déficit en 2011 era del 2,2 por ciento, mil millones de euros, y no de la mitad anunciada.

Un golpe a su credibilidad en España y a la de Mariano Rajoy en Bruselas, donde el primer ministro había anunciado el 8,51 por ciento del déficit nacional, dos puntos por encima del notificado por Rodríguez Zapatero, al que acusaba de haber mentido ocultándole esa diferencia.

Ahora, y a causa de las populares Madrid, Valencia, Castilla-León, y la socialista Andalucía, el déficit está casi en el 9, por lo que la Comisión Europea (CE) podría creer que Rajoy engaña sólo algo menos que Zapatero.

Europa, y Angela Merkel, exigen que consultoras privadas no españolas analicen los bancos de este país, y que inspectores de la Comisión estudien las cuentas de las CC.AA.

Comunidades cuyas decenas de millares de políticos profesionales justifican su parasitismo desde hace tres décadas creando barreras comerciales, culturales y humanas, desde la enseñanza hasta el transporte o la caza, distintas a las de la región vecina.

Y resulta que la mayor liberalizadora, la ballena-piloto de la apertura para modernizar el país, va, y engaña u oculta su déficit.

Aunque ahora prometa que en 2012 Madrid dejará su déficit en cero, frente al 1,5 de las demás CC.AA., Esperanza Aguirre ha dañado seriamente su imagen, la de su partido y la de España en el mundo, donde aparecía como la dirigente ejemplar que todos deberían imitar.

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