De métodos electorales + Corrupción

Verás. Uno también hizo consultoría política, en la pre democracia, cuando mi entrañable Adolfo Suárez se metió en aquel lío de gobernar un estado ingobernable y al final lo consiguió.

Por eso seguí de cerca varios comicios en aquella Galicia que aún no sabía lo que significaba la palabra Autonomía y que seguía sumida en la duda inmensa, como la describió el poeta García Bodaño.

En las primeras elecciones, un preboste de la Alianza Popular de Fraga Iribarne, descubrió un singular método para ganar votos en aquellas mesas en las que el “presidente” era “de don Manuel”.

Le explicó:

—- Ahí a media tarde, cuando no haya mucha gente votando, tú dices que tienes que ir al wáter, pero que no te fías de la mesa; así que te llevas la urna. Una vez dentro la sustituyes por la que yo te dejé el día anterior encima de la cisterna, que está tapada y metida en un hueco y nadie se imaginará que allí hay nada.

Efectivamente, llegó el día de autos y por no aguantarlo, el resto de la Mesa le dejó marchar con su urna al servicio. Y el aquel presidente dio el cambiazo.

El lío se montó en el recuento, puesto que no habían votado a favor del PSOE ni los apoderados que se hallaban en la sala, una escuela que hacía de colegio electoral en Moaña.

Obviamente la Junta Electoral Central anuló los votos de aquella mesa y hubo que repetir los comicios en aquel colegio.

El incidente me lo recordaron esta semana los comicios rusos, aunque he de convenir que Putin y sus huestes electorales le echaron menos imaginación:

Porque intentar meter en una urna cinco papeletas a la vez, delante de una cámara, es perder no solo la credibilidad política sino la vergüenza propia ante la opinión pública mundial.

Pero Rusia está acostumbrada a que allí gobiernen los zares, que es a lo que aspira Vladimir Putin; a ser el nuevo Zar de Rusia.

Por eso lo bautizaron con el nombre del conde de Transilvania, porque al parecer ya mordía en la cuna. Y además conserva ese singular apellido que todo el mundo asocia a las grandes putadas de la historia reciente del oeste europeo.

En los Estados Unidos suelen funcionar las alianzas que es mucho más democrático, claro, aunque por aquí no nos lo parezca. Porque Barak Obama ya se ha puesto, descaradamente, al lado de los judíos, en el conflicto de Oriente Medio.

Y ahora que tocó poder y es candidato a la reelección, le importa un rábano el sufrimiento del pueblo palestino.

¿Por qué? Porque los palestinos no votan en USA, en donde está asentada una rica colonia judía, que no solo vota sino que también decide y apoya económicamente su campaña.

Yo, desde luego, no le volveré a cantar “Angelitos Negros”, aquella de Machín.

También empezó la campaña de Andalucía. No te digo yo lo que les espera a los andaluces estos días y hasta que gobierne Arenas, como dicen las encuestas, o revalide el poder que mantiene desde siempre el Partido Socialista.

Por lo de pronto en la tele solo hablan de corrupción, que parece estar tan asentada en las instituciones como los propios partidos.

Pero aquí habrá que esperar a ver cómo va el asunto y que dicen los compañeros…

Y lo que se cuenta en Galicia estos días es la Operación Campeón. Ya sabes, “la gallina” que se comían los unos y los otros, según un empresario lucense, de métodos tan mafiosos… que hasta la mafia debe de estar asustada por el lenguaje que empleaba.

Aquí los “campeones” son todos de los que nos gobiernan o gobernaron: el PP, el PSOE y el BNG…

Si viviera Iglesias Corral, uno de los más brillantes parlamentarios que tuvo este país, repetiría aquello de…

—- ¡Joder, que tropa!




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