¿Quienes son los más fuertes?

Hace frío, como corresponde a febrero, mes que ha dejado la primera fiesta del calendario Celta, dedicado a Imbolc, mientras Roma se debatía entre procesiones de vestales con teas luminosas en honor de Februa, madre de Marte. Han comenzado las Antesterías, fiestas griegas en honor de Dionisos, que desembocarán en las Lupercales bajo el reinado de Rómulo. La antesala del Carnaval, y finalizará la caza de la ballena que comenzó en los primeros días de Noviembre.

Despierto de mi sueño en el mundo antiguo, civilizado, del griego y el latín, y leo en las hojas de color salmón del periódico con más lectores de mi país un titular que sobre la foto de tres banqueros, me suena a cínico. ”Sólo sobrevivirán los más fuertes”.

Es como si de pronto, la gran preocupación de la España oficial, tras la misa del domingo, en la Catedral de la Almudena de Madrid, y el aperitivo en el Casino de la confluencia entre Alcalá y Gran Vía, edificio modernista del arquitecto gallego Antonio Palacios, se centrara en, cuantas entidades financieras iban a quedar al finalizar el 2012, ya que la reforma laboral que permite bajar salarios y prescindir de trabajadores, en cuanto la empresa no gane en seis meses, además de necesario, parece de menor cuantía en el ánimo de las clases dirigentes.

Luego, a la hora del telediario de máxima audiencia, consternación. La gran diva de la canción Whitney Houston, que nos embelesó con su interpretación en aquella maravillosa película “El guardaespaldas” ha dejado de existir en unas extrañas circunstancias que apuntan su debilidad ante el éxito. Y la noticia abre como portada, y cierra como telón, el informativo de un país que camina por la senda de los cinco millones trescientos mil parados y once millones de pobres.

En los tiempos de la oprobiosa alguien hubiera dicho que una noticia sobre la Saeta Rubia, era una maniobra propagandística del régimen para distraer al respetable sobre los auténticos problemas del país al que describía Forjes como el de “los forrenta años de paz”.

Supongo que en estas semanas que vienen, volveremos a ver en nuestras televisiones a la emperatriz Merkel, con sus dicterios a los países del euro, y las consecuencias serán, otra vuelta de tuerca inquisitorial para exprimirnos más a las clases populares y medias que hemos sido señaladas por el destino como culpables de la crisis y debemos pagar diezmos y primicias para que la “curia del mercado” nos devuelva su confianza antes de matarnos definitivamente de hambre y de escepticismo por habernos metido en un callejón sin salida, dónde se están quedando con todas nuestras viejas conquistas sociales que son y eran, no sólo el estado del bienestar amparado por el Estado de Derecho Constitucional, era además el ahorro de muchas generaciones de trabajadores.

Evidentemente, sólo los más fuertes, pueden sobrevivir a todo este galimatías, a todo este saqueo, a toda esta legión de ineptos o de vampiros, a toda esta guerra en la que en vez de fusiles y bombas, se utilizan instrumentos financieros y órdenes a los mercados de deuda.