En pié de crisis.
lunes, 21 de noviembre de 2011
El Virginiano mandó al Séptimo de Caballería calle arriba para disuadir a los Sioux del Metal de que las suyas no eran formas de comportarse
Y entonces, aquella batalla entre grises y desvalidos fue la más desigual de todas las batallas, que ni un mal arco tenía aquella buena gente para enfrentarse a las pistolas, porras y escopetas que lanzaban gas las unas y duras pelotas de beisbol las otras
(Extraído de la crónica radiofónica de uno de los muchos enfrentamientos que viví en las calles de Vigo durante aquel Septiembre Negro).
El Virginiano era Virginio Fuentes, a la sazón gobernador civil de una provincia que también tenía gobernador militar. El Séptimo de Caballería era la Unidad Especial Antidisturbios de la Policía Armada con cuartel central en Valladolid. Mis sioux eran los trabajadores de los astilleros e industrias auxiliares que armaban la marimorena por las calles de la ciudad, impotentes ante la destrucción de sus puestos de trabajo
Muchos de los protagonistas de aquellas batallas viven aún contemplando la más bella de las bahías, al sol o a la lluvia, los lunes, los martes, los miércoles, los jueves y los viernes; porque los sábados y los domingos se van a la aldea que fue de sus padres a por las patatas, los huevos, la verdura y esas otras cosas ricas que se le echan al caldo. Por eso está vacío Balaídos cuando juega el Celta.
La democracia mandó a la Academia a los del Séptimo de Caballería y mis sioux creyeron que con Franco había muerto la dictadura hasta que, de nuevo, la puta crisis lo encabronó todo
Pero esta vez en todo el mundo.
Llegó enero y mis jóvenes moritos, tomaron las calles de Túnez
Luego pasó lo de Egipto
Mas tarde subió la marea del Nilo hasta España: Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia, Vigo
El peregrino a Compostela se la llevó a París, Roma, Londres
Y en los poderosos United States, a los descendientes de la muy noble tribu sioux, se ha unido la cuarta generación de cheyennes, navajos, apaches, comanches, pies negros, cherokees, etc
para llegar a Wall Street.
Y ahí están todos. Los de las praderas, los del desierto y los de los bosques; han venido esta vez de Oeste a Este para reinventar la historia. Porque, como dice Stiglitz, la tecnología es un medio de transporte más veloz que las ideas.
En la plaza universal se comenta hoy que este Tercer Milenio avanza con los Mercados embarazados y dicen los expertos aquí venidos que van a dar a luz más hijoputas. Se oye hablar otra vez de recesión y los políticos o dimiten o los echan.
Las escenas vividas hace años se repiten porque los jóvenes del mundo están convencidos del fracaso del Sistema. Ya no hay manera, afirman, de resolver los dramas más dramáticos. Por eso toman las calles nuevamente y se enfrentan a esta democrática caballería, con licencia para aplastar.
¿Qué hemos hecho mal para que las escenas de una dictadura se repitan en democracia? ¿Un cambio en Palacio traerá consigo la solución de nuestros males?
Los jóvenes del mundo están indignados porque, verás:
El sistema rescató a los banqueros pero abandonó a sus víctimas. Los derechos sociales están ya en la hora del crepúsculo. Los políticos que preceden a las batallas han extraviado las ideas de justicia. Hay ricos que usan la riqueza solo para proteger las leyes que aumenten sus bienes. Y la generación mejor preparada de todos los tiempos no ve una sola perspectiva más allá del túnel del desempleo.¿Te parece poco para estar indignado?
Tengo un amigo presidente que está convencido de que tiene un final tanta desigualdad, pero no sabe decirme la fecha en la que este tren sale del túnel
Yo solo le pido que convierta a estos jóvenes, ahora indignados, en los protagonistas de la página que viene, aquí, en su patria; y no sigan más el camino de la emigración y el desarraigo.
Y también le pido que tenga en cuenta que en el océano gallego hay de nuevo temporal. Porque, aunque los trabajadores de los astilleros se han formado en la resistencia y la palabra crisis la escuchamos por primera vez en boca del abuelo, vuelven a temblar los Cantones ferrolanos y la remozada calle Urzaiz viguesa.
Las grúas, como siempre, claman al cielo por la diversificación industrial que es, lo dicen mis sioux, la única manera de evitar que aquella historia se repita
¡A ver si es verdad lo que has dicho en el último mitin!
Este partido es la fuerza de la energía programada
¡Como la fuerza de un tsunami que nos traerá la prosperidad y el desarrollo definitivo!
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Rodríguez, Xerardo
