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Las confesiones religiosas en U.S.A.

viernes, 22 de julio de 2011
La religión constituye en los Estados Unidos de América un elemento esencial para entender y comprender la sociedad estadounidense, estrechamente vinculada a su formación histórica como nación. En este ensayo analizamos la relevancia que el hecho religioso tiene en la sociedad estadounidense y lo hacemos a partir de la presencia que ésta tiene en la vida diaria de los estadounidenses, pero también a partir del análisis de las principales confesiones religiosas que en la actualidad conviven en la nación norteamericana. Obviamente, y por razones de espacio, sólo podremos ofrecer una breve introducción a todos los aspectos señalados, pero el objetivo que nos marcamos es doble: por un lado demostrar la fuerte presencia del hecho religioso en la vida social de los estadounidenses y, en segundo lugar, conocer cuáles son los principales movimientos religiosos que modelan esta peculiar sociedad.

No cabe ninguna duda de que la religión en los estados Unidos forma parte de la cultura y la sociedad estadounidense. Con unanimidad los estudios demoscópicos demuestran que se trata de una de las naciones del mundo desarrollado más religiosa y en la que los ciudadanos dan una mayor importancia al hecho religioso. De hecho, sólo los ciudadanos irlandeses dan mayor importancia que los estadounidenses a las cuestiones religiosas. Baste señalar que una encuesta realizada a nivel internacional el cuarenta y 41% por ciento de los ciudadanos estadounidenses dicen asistir regularmente a servicios religiosos, comparado con el 15% de los ciudadanos franceses, el 7% de los ciudadanos del Reino Unido o el 25% de los israelitas.

No podemos detenernos aquí en el análisis de las causas concretas que han configurado un modelo social de estas características, pero existe entre la doctrina consenso al relacionarlo con la forma y el modo en el que se originó la nación estadounidense, y con las primeras migraciones desde Europa de grupos sociales, deseosos en encontrar nuevas tierras en las que poder ejercer con libertad las creencias religiosas que eran perseguidas en el continente europeo. Desde su origen como nación, los Estados Unidos de América experimentaron una fuerte vinculación con las cuestiones religiosas, tanto en materia de prácticas religiosas, como por el papel que iban a desempeñar los valores religiosos en la vida social y hasta en la forma de vida. La mayoría de los emigrantes al Nuevo Mundo pertenecían a las llamadas iglesias «non conformistas» del tipo calvinistas, bautistas, congregacionalistas, etc., que huían de Europa para encontrar un refugio de las persecuciones religiosas que sufrían en el continente. Los colonos trataron de establecer en sus nuevas comunidades una mayor libertad espiritual, pero al mismo tiempo crearon un clima de profundas convicciones religiosas, pureza moral y disponibilidad a luchar por sus principios.

Una parte numerosa de los primeros colonos eran puritanos descendientes de la rama calvinista del protestantismo. El puritanismo, como concepción religiosa de la vida, fue relevante en la configuración del perfil que caracteriza la sociedad estadounidense, en sus orígenes y en la actualidad. Más allá de las infinitas divisiones y múltiples denominaciones, los puritanos coincidían en un aspecto: el mundo es un lugar corrupto, pero puede ser reformado. Sin duda este hecho marcó el modelo inicial de los asentamientos en tierras norteamericanas y la posterior formación de modelo político que aun hoy caracteriza a la nación estadounidense.

Desde el primer momento de la colonización la religión y la política se vieron imbricadas en el debate ideológico que precedió y sucedió a la formación de la nación estadounidense. Los padres fundadores establecieron una clara separación entre la Iglesia y el Estado en el artículo IV de la Constitución: «No religious test ever be required as qualification to any office or public trust under the United States» así como en la Bill of Rights, prohibiendo el establecimiento de una religión oficial y cualquier tipo de limitación en materia de libertad de cultos. Pero lo cierto es que lo que hoy suele interpretarse como una defensa de la condición laica del Estado, en realidad se diseñó para preservar la intromisión de la política en los asuntos religiosos. Como acertadamente señala la profesora Gloria Morán “la protección constitucional y jurisprudencial no se dirige al principio de separación, sino al principio de libertad religiosa […] la separación es el cauce de operatividad de esta protección. Por ello el principio de separación debe subordinarse al principio de libertad religiosa, no es la separación lo que se pretende como finalidad en sí misma, sino proteger jurídicamente el derecho de libertad religiosa de los ciudadanos norteamericanos”.

La Primera Enmienda de la Constitución estadounidense, promulgada en 1791, garantiza el libre ejercicio de la religión y prohíbe el establecimiento de cualquier religión como oficial o promulgación de legislación que prohíba la libertad de culto. La Constitución consagra de forma efectiva y eficaz la protección de la libertad religiosa, lo que le ha permitido a esta nación tener una amplia tradición de separación entre la Iglesia y el Estado. A nuestro entender se trata de un hecho jurídico-constitucional relevante, ya que permitió a través de la interpretación del Tribunal Supremo modelar el ejercicio de la libertad religiosa en toda su expresión.

Como señalábamos al inicio el hecho religioso forma parte de la vida diaria de los estadounidenses, estando presente en la actividad política, social y cotidiana, hasta el punto de es muy común que los políticos terminen sus discursos con la repetida frase “Dios bendiga América” o que esa misma frase esté presente en el papel moneda. Lo cierto es que a pesar de que los Estados Unidos de América es oficialmente un estado laico, en él se practican casi todas las religiones del mundo, incluso hay numerosas religiones que sólo existen es esta nación y que han nacido producto de decisiones privadas.

Un estudio demoscópico realizado en el año 2002, señalaba que el 59% de los estadounidenses consideraban que la religión desempeñaba un "papel muy importante en sus vidas," lo que constituye una cifra más elevada que la de cualquier otra nación desarrollada. Otro estudio del año 2007 muestra que el 78,4% de los adultos se identifican como cristianos. Los que autodenominaban protestantes representaban el 51,3%, mientras que los católicos el 23,9%. Diversos estudios coinciden en señalar que los denominados evangélicos representan el grupo religioso más numerosos de la nación alcanzando la cifra del 26,3% de la población estadounidense, mientras que otras confesiones, aunque relevantes y con fuerte presencia en la vida de la nación representan índices mucho más bajos: los judíos el 1,7%, los budistas el 0,7%, los islamitas el 0,6% o los hinduistas el 0,4%. Este mismo estudio concluía que el porcentaje de población que no se consideraba religioso y que se declaraba agnóstico o ateo alcanzaba el 16,1% de la población estadounidense.

En la actualidad la distribución de las creencias religiosas, según la auto identificación que realizan los ciudadanos en el año 20016 se distribuyen como sigue:

CONFESIÓN AÑO 2001
TOTAL CRISTIANOS 79,8%
CATÓLICOS ROMANOS 25,9%
OTROS CRISTIANOS 54,0%
BAPTISTAS 17,2%
METODISTAS 7,2%
CRIST.SIN ADSCRIPCIÓN 7,2%
LUTERANOS 4,9%
PREBISTERIANOS 2,8%
PROT. SIN ADSCRIPCIÓN 2,4%
PENTECOSTALISTAS 2,2%
EPISCOPALIANOS-ANGL. 1.8%
MORMONES 1.4%
JUDIOS 1,4%
IGLESIAS DE CRISTO 1.3%
CONGRESGACIONAL 0.7%
TESTIGOS DE JEHOVÁ 0.7%
ASAMBLEAS DE DIOS 0.6%
EVANGÉLICOS 0.5%
IGLESIA DE DIOS 0.5%
ADVENTISTAS DEL 7º DÍA 0.4%
ORTODOXOS 0.3%
OTROS CRISTIANOS (0.3% cada una)
1.9%
OTRAS RELIGIONES 5.2%
SIN DENOMINACIÓN 1.3%
MUSULMANES 0.6%
BUDISTAS 0.5%
HINDÚES 0.4%
UNIVERSALISTAS 0.3%
OTROS (<0.07%) 0.7%
ATEOS Y AGNÓSTICOS 15.0%

Como vemos casi todas las religiones del mundo se practican en los Estados Unidos. Es indudable que la tradición estadounidense de tolerancia religiosa y la Constitución que protege la libertad de culto, han convertido que en esta nación en el hecho religioso sea muy diverso, activo y determinante para conocer la sociedad estadounidense. Es indudable que las diferentes prácticas religiosas repercuten en la cultura y la sociedad estadounidense, sus costumbres e incluso en la importancia política que se le otorga, involucrando también su legislación. Sorprende como con frecuencia se sostiene que pese a declararse como Estado laico sea en realidad un país muy religioso, así como a pesar de la gran diversidad se haya desarrollado un modelo de convivencia efectivo. Desde nuestro punto de vista este fenómeno sólo es posible entenderlo atendiendo a los orígenes de la nación, y al modelo social y político que se configuró en las décadas anteriores y posteriores a la Constitución estadounidense.

Analizaremos a continuación brevemente las principales características definitorias de las confesiones religiosas más relevantes que tiene presencia en la nación estadounidense, para conocer de esta forma en mayor profundidad el hecho religioso en esta nación. Nos detendremos brevemente en los evangélicos protestantes.

En la actualidad los grupos evangélicos más numerosos de los Estados Unidos de América son los bautistas evangélicos, los pentecostales y los evangélicos sin denominación. Es preciso señalar que los evangélicos protestantes tienen sus orígenes en el movimiento renacentista protestante del siglo XVIII, y tiene todavía una fuerte presencia social es esta nación. La Encuesta del Panorama Religioso en Estados Unidos del Foro Pew, muestra que las iglesias que son parte de la tradición evangélica protestante comparten varias creencias religiosas como la convicción de la aceptación personal de que Jesucristo es la única ruta hacia la salvación, prácticas religiosas como tendentes a convertir a otras personas a su religión, y orígenes que incluyen movimientos separatistas en contra de instituciones religiosas establecidas. Los evangélicos hacen hincapié en la experiencia personal religiosa, la conversión individual, el estudio de la Biblia, el papel de los laicos en la expansión de los principios religiosos y la necesidad de introducir la moral religiosa en la vida pública.

Curiosamente, y a pesar de lo que se cree, los estados Unidos de América tiene la tercera población católica más grande del mundo, tras Brasil y México. El catolicismo es la religión de la mayoría de los estadounidenses de origen latino, italiano, irlandés y polaco. En la actualidad aproximadamente hay en los estados Unidos de América 60 millones de católicos. La Encuesta del Panorama Religioso indica que “la proporción católica de la población de personas adultas en Estados Unidos se ha mantenido constante en décadas recientes en el entorno del 25 por ciento. Aproximadamente un tercio de los encuestados que crecieron siendo católicos, no practican más esa religión. Sin embargo, esta cifra se ha compensado parcialmente por inmigrantes católicos, provenientes particularmente de América Latina. El catolicismo estadounidense americano ha tenido mucho que ver con la inmigración desde sus orígenes y en la actualidad. Históricamente los primeros enclaves católicos españoles fueron en Florida y California. En la América británica, sólo la excepcionalmente tolerante Maryland acogió en 1634 algunos católicos mayoritariamente rodeados de protestante. Por entonces los católicos representaban un 1% de los habitantes de las trece colonias, hoy como vimos el 25%.
En referencia a los protestantes tradicionales la Encuesta del Panorama Religioso, destaca la diversidad del protestantismo estadounidense. Las iglesias protestantes tradicionales, que se desarrollaron como resultado del movimiento de Reforma Protestante del siglo XVI en Europa, tienen instituciones religiosas establecidas desde hace mucho tiempo y se encuentra perfectamente institucionalizada socialmente. Las iglesias protestantes tradicionales más numerosas en Estados Unidos son las metodistas, las luteranas, las presbiterianas tradicionales y los bautistas tradicionales. Estas iglesias tienden a aceptar la posición ecuménica de creencia en la unidad cristiana y participan con frecuencia en organizaciones interconfesionales e interreligiosas, tales como el Consejo Nacional de Iglesias y el Consejo Mundial de Iglesias.

Otro grupo de creencias religiosas se conocen como las iglesias históricamente negras. Después de que la esclavitud fuera abolida en Estados Unidos a mediados del siglo XIX, los cristianos afroamericanos comenzaron a establecer sus propias iglesias para fortalecer sus comunidades, escapar de la discriminación y practicar su propio culto. Esas iglesias se convirtieron rápidamente en las principales instituciones sociales, culturales y políticas de la comunidad afroamericanas y alcanzaron una importante relevancia en estas comunidades. Pastores y predicadores de color, como Martin Luther King Jr., entre otros, desempeñaron un prominente papel durante el movimiento de los derechos civiles de la década de 1960. En la actualidad, muchas iglesias históricamente negras continúan combinando funciones religiosas y comunitarias, al igual que fomentan formas únicas de culto y expresión espiritual. Las más numerosas entre las iglesias cristianas negras son las iglesias bautistas negras, que están organizadas en la Convención Nacional Bautista y las denominadas iglesias metodistas negras.

Los judíos se han asentado en los Estados Unidos desde la época colonial, pero lo cierto es la mayoría emigró de Alemania y de Europa Oriental a lo largo del siglo XIX, trayendo consigo diversas costumbres religiosas y formas de piedad características de esas regiones. En la actualidad la mayoría de los estadounidenses de origen judío practican la corriente de Reforma del Judaísmo desarrollada en Estados Unidos en el siglo XIX. Otras dos corrientes principales de judaísmo: la conservadora y la ortodoxa ocupan, respectivamente, el segundo y tercer lugar dentro de esta confesión. Más de 40 por ciento de los judíos estadounidenses viven en el Noreste, aunque una cifra significativa de comunidades judías se encuentra también en la Florida, California y los centros urbanos más grandes de Estados Unidos. Aunque sólo representa numéricamente un 1,4% de la población, lo cierto es que esta confesión religiosa trasciende al ámbito civil y social, configurando un poderoso grupo social, que a nuestro entender supera lo religioso, bajo una estrategia de lazos de apoyo mutuo como comunidad.

La Iglesia Mormona, conocida oficialmente como la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, fue fundada en el estado de Nueva York en 1830. De acuerdo con su fundador, Joseph Smith, el ángel Moroni le entregó las Tablas de Oro que contenían el Libro del Mormón, que junto con la Biblia es la base de la religión mormona. Después de que Smith fuera asesinado por una multitud en 1844, su colaborador más cercano, Brigham Young, llevó a miembros de la iglesia a través del continente hacia Utah, que todavía es en la actualidad la sede principal de la comunidad mormona. Como resultado de los activos esfuerzos misionarios, la iglesia se ha esparcido en Estados Unidos, conformando aproximadamente 61 por ciento de la población de Utah y 1,7 por ciento de la población total de Estados Unidos.

El Budismo entró en los Estados Unidos tras la fiebre del oro de California, cuando un gran número de inmigrantes de China llegaron a los Estados Unidos. El primer templo budista fue construido en San Francisco en 1853 y actualmente el budismo permanece como la religión tradicional de una gran porción de estadounidenses de origen asiático, pero también ha desarrollado una cantidad significativa de miembros entre las personas que no son de origen asiático, que se han convertido a esta religión. En la actualidad, la mayoría de los budistas estadounidenses viven en la zona occidental del país, especialmente a lo largo de la Costa Oeste, donde se encuentran varias prominentes escuelas y universidades budistas estadounidenses. Tres cuartas partes de los budistas de los Estados Unidos, nacieron en esta nación y en la actualidad constituyen el 0,7 por ciento de la población.

En referencia a la religión islámica es preciso señalar que el primer musulmán que llegó a América del Norte fue un explorador español de origen berebere, Estevánico de Azamor, a inicios del siglo XIV. Los registros históricos muestran también que muchos esclavos africanos que fueron traídos al continente americano, eran probablemente musulmanes. Durante los últimos cien años, la población musulmana de los Estados Unidos ha crecido de manera constante, como resultado de la inmigración, pero también de personas que se han convertido a esta religión. Se calcula que un tercio de los musulmanes estadounidenses son afroamericanos que se han convertido al Islam, y la mayoría de los otros dos tercios, son inmigrantes. De acuerdo con la encuesta que venimos usando para el análisis, los musulmanes forman aproximadamente 0,6 por ciento de la población adulta de los Estados Unidos, señalando que los sunnis conforman la mitad del total, mientras que el resto está formado por shiítas y personas que no tienen una denominación específica. Geográficamente la mayoría de los musulmanes estadounidenses viven en el Sur y en el Noreste.

En referencia a la religión hindú es preciso señalar que actualmente, existen comunidades hindúes a lo largo de toda la geografía estadounidense. El primer templo hindú en América del Norte fue el Templo Sri Venkateswara en Penn Hills, un suburbio de Pittsburgh, consagrado en 1976. En la actualidad el templo recibe hasta 100.000 peregrinos cada año. Otro prominente templo hindú es el Templo Malibu, construido en 1981 cerca de la ciudad de Malibu en el estado de California. Los elementos del saber popular hindú se han incorporado a la corriente de cultura estadounidense, como lo demuestra la popularidad del yoga, la meditación y otras técnicas de autoaprendizaje y superación personal que tienen sus raíces en la filosofía hindú. Los hindúes representan el 0,4 por ciento de la población de Estados Unidos y 86 por ciento son nacidos en el extranjero.

Tras este breve análisis de las principales confesiones religiosas en los estados Unidos podemos llegar a la conclusión de que a pesar de la pluralidad de religiones, como vimos desde los orígenes la nación, ninguna de ellas se ha convertido en religión dominante, factor que seguramente ha influido en que se proclamara una nación laica, lo que sin duda le permitió adoptar una solución práctica y efectiva para respetar el libre ejercicio de la religión. En los años cincuenta existían aproximadamente unas 256 organizaciones religiosas diferentes, de las cuelas unas 200 eran religiones minoritarias. En la actualidad siguen conviviendo infinidad de confesiones y movimientos religiosos, y a pesar de que los Estados Unidos se proclama laico, lo cierto es que es un país con profundas convicciones religiosas, pero que respeta con la misma intensidad las creencias y las prácticas de los diferentes credos, e incluso de los credos privados y personalistas. No es exagerado afirmar que cada estadounidense que busca una solución a los problemas de la fe, puede encontrar satisfacción en alguna de las diferentes creencias que se profesan, como si la religión se ajustase al individuo más que éste a la religión, lo que constituye un fenómeno entendemos que peculiar de esta nación.

La diversidad religiosa forma parte intrínseca de la cultura, de las creencias, de las prácticas y de las costumbres de la nación, pero no es menos cierto que esta configuración se modela de forma dinámica por las diferentes corrientes migratorias que llegan a la nación, fenómeno que se viene produciendo desde la nación hasta la actualidad. Es indudable que los inmigrantes se sienten libres de portar sus creencias y sus prácticas religiosas. Como vimos la Primera Enmienda de la Constitución estadounidense garantiza el libre ejercicio de la religión y prohíbe el establecimiento de cualquier religión como oficial o promulgar normas que prohíban la libertad de culto. Los ciudadanos estadounidenses gozan de una amplia seguridad jurídica para ejercer libremente su religión, y así ha sido desde los orígenes de la nación.

En los ya más de dos siglos de historia, los Estados Unidos han sido capaces de integrar, limitar y adaptar la pluralidad de religiones a su cultura, constituyendo un buen ejemplo de integración religiosa y social, lo que no deja de ser significativo en la actualidad, en un mundo sometidos a los nuevos conflictos religiosos de alcance global y al denominado supuesto conflicto entre civilizaciones. Los Estados Unidos es un ejemplo de cómo conviven pluralidad de religiones, algunas de ellas minoritarias, e incluso algunas de ellas concebidas como negocios. Todo ello se ve además reforzado por la existencia de instituciones gubernativas, no sólo jurisprudenciales, destinadas a promover la convivencia y libertad religiosa a nivel nacional. Por ejemplo el Departamento de Estado elabora un informe oficial, que presenta el estado de la libertad religiosa en Estados Unidos y en el mundo. En este contexto, la aprobación por unanimidad en el Congreso, en 1998, de la Ley de Libertad Religiosa internacional fue un paso más para reforzar una cuestión de interés en la política exterior del país, aportando nuevos medios para la promoción y protección de la libertad religiosa.
de Kostka Fernández Fernández, Estanislao
de Kostka Fernández Fernández, Estanislao


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