La verbena toca a su fin. Elecciones. Palabras, palabras y más palabras. El populacho está hipnotizado. Idiotizado.
Un hecho insólito. El señor López Orozco alcalde de Lugo le declaró su amor, el día de San Valentín, a la ciudad de Lugo. Como suena. Amor mío te quiero, te adoro y te compro un loro. Los amantes guardan las apariencias para evitar comentarios de mal gusto.
El otro lado de la realidad no es tan romántico. Decenas de casas en ruinas. El Auditorio es invisible desde 1999. El PUENTE es una chapuza sin pies ni cabeza. La Muralla, Patrimonio de la Humanidad, da asco. La Policía Municipal y los Bomberos castigados contra la pared por unos jefecillos ineptos y soberbios. El concejal de la cosa va en el lote. Las víctimas: los que mantienen el estado de bienestar de la CASTA política, es decir, los VOTANTES.
La ciudad ha sido tomada por los Vándalos y los Alanos. Peleas, robos, caos circulatorio, botellones y vandalismo callejero. Todo vale. Más casos y cosas. Irregularidades e ilegalidades urbanísticas para dar y tomar. Un Plan General infumable. Liñares, íntimo de Pepiño y ex concejal de Urbanismo compra terrenos a la vera del PUENTE y en el campo de Golf. Golferías, abuso de poder e información privilegiada. De Juzgado de Guardia.
Ante estos y otros chanchullos un solo responsable: el señor Alcalde. Por hacerse el sueco. Por elegir mal a sus socios. Por defender a indeseables. Por ir a lo suyo. Por vender humo, y porque el amor LOCO le ciega. Fin de Fiesta. Apaga y vámonos.